“Al presidente lo respeto. El señor López Obrador es mi presidente. Y yo quiero que termine su sexenio bien. Pero noélnova junto con los héroes de la independencia…”
No es patrioterismo, pero el Grito de Independencia debe apegarse al significado y trascendencia que tiene en la historia y en el presente de México.
Simple y sencillamente, y aunque no fue estrictamente lo que pasó, conmemora la libertad del país respecto del dominio español de 300 años.
Desde esa perspectiva, no debe continuar siendo usado por lamebotas ni por gobernantes para agregar conceptos y propósitos, por valiosas que sean las causas.
Este año, a propósito de los lamebolas, el campeonato fue para la flamante embajadora en Turquía, Isabel Arvide, quien incluyó al presidente tabasqueño en el recuerdo de los héroes.
Le fue muy mal: una mujer asistente al festejo en la sede diplomática de Estambul, le increpó: “¡No es López Obrador México!” Y luego le dio cátedra, al decirle: “Al presidente lo respeto. El señor López Obrador es mi presidente. Y yo quiero que termine su sexenio bien. Pero no él no va junto con los héroes de la independencia…”
Arvide había agregado además a la justicia en sus arengas. Apenas 5 días antes -10 de septiembre- el presidente había rechazado el culto a la personalidad, e informó que dejó dicho en su testamento que no quiere estatuas ni que usen su nombre para calles, escuelas u hospitales.
“Absolutamente nada”, expresó en La Mañanera. Siguiendo con los lambiscones, la nueva gobernadora de Campeche, Layda Sansores, mencionó a la 4T.
Clara Brugada, en Iztapalapa, también incluyó a la 4T, a AMLO, y a la Jefa de Gobierno (su apuesta), Claudia Sheinbaum.
Y en Macuspana, municipio donde nació AMLO, el exalcalde José Eduardo Rovirosa añadió hace unos años: “¡Viva el hombre que por cuarta vez da el grito desde este balcón!”.
Se refería a él mismo, y a que fue electo para un segundo periodo. Rovirosa recibió un “extrañamiento” del Congreso de Tabasco. En fin… tendrá que llegar el día en que
se respete la letra y significado del Grito de Dolores, como ocurre con el himno, los colores y la bandera.