Un grupo musical que se llamaba Miramar, cantaba una canción que se titula “pobres niños” y que es sus primeras dos estrofas relata …Cuanta tristeza siento yo, a cuantos niños desesperados, sin el calor de un hogar, por las calles abandonados.
Cuanta tristeza me da ver, que tienen hambre que tienen frío, no conocen la felicidad, siempre han vivido en el olvido…
Más recientemente, el cantautor José Luis Perales, lanzó una canción y otra vez la niñez era el centro de atención, con un enfoque más esperanzador pero al fin y al cabo, una propuesta con enfoque de llamado a la sociedad para escuchar a la niñez.
“Que canten los niños, que alcen la voz
Que hagan al mundo escuchar
Que unan sus voces y lleguen al sol
En ellos está la verdad
Que canten los niños que viven en paz
Y aquellos que sufren dolor
Que canten por esos que no cantarán
Porque han apagado su voz”.
Sin embargo, quedó solo en canción con la cual muchas personas entraron en conciencia mientras la escuchaban pero si. Generar cambios para mejorar la situación a la que se hace referencia en temas de abandono, sufrimiento, abuso, maltrato, y más.
Recientemente se publicó el libro “Alas Rotas” de Josefina Vázquez Mota y asegura que detectar a tiempo signos de alerta es fundamental para prevenir abuso sexual infantil. Los especialistas destacan en las páginas del libro “Alas Rotas” que quienes han sido víctimas de violencia sexual, mientras más pronto sean atendidas, tienen más probabilidades de sobrevivir. Algunas son:
* Atender señales físicas en áreas vaginales que muestren afectación física.
* Revisar si hay pérdida de sueño o pesadillas.
* Estar atento a desórdenes alimenticios.
* Analizar dibujos infantiles. A través de ellos los niños pueden expresar o denunciar situaciones de abuso.
Muchas son las voces que con canciones, libros y denuncias, han gritado al mundo que debe parar la violencia y otra vez, la niñez es el centro de ataque.
La vulnerabilidad del menor, del no nacido o del recién nacido, es carne de cañón de quienes creen tener derechos sobre otros, con fines lucrativos, perversos, apetitos personales o simplemente por el hecho de repetir patrones de antaño porque alguien más les hizo daño, se replica el acto.