El lenguaje tiene una influencia muy grande en los resultados de nuestros proyectos o en el resultado de nuestras relaciones, ya que las palabras tienen poder, tienen magia. De la misma manera, observar cómo habla una persona nos da mucha información sobre sus pensamientos, actitudes y creencias y sin duda alguna, sus resultados están predeterminados por esa forma de pensar y hablar.
Las palabras nos definen y nos ayudan a comunicarnos con los demás. Estas siempre expresan algo, con ellas mostramos enfado, alegría, tristeza y en definitiva cómo nos sentimos. Saber comunicarse correctamente implica aspectos como hacerse entender, entender a otros y comprender mejor lo que sucede.
En este sentido, uno de mis libros favoritos es “El Secreto de Rhonda Byrne”, en el que, claramente, te enseña muchas de estas claves. “Cuando emites la frecuencia perfecta de lo que quieres, la ley de atracción moverá con fuerza todas las personas, circunstancias y acontecimientos para que lo recibas”. Piensa en positivo.
La ley del secreto es infalible y no comete errores, dice el contenido del libro y asegura que la epidemia del NO quiero es, la peor de la que ha padecido la humanidad y lleva siglos haciendo estragos; la gente mantiene viva la enfermedad al pensar, hablar y enfocarse permanentemente en o que no quiere y con esta generación nueva se tiene la esperanza de cambiar la historia de esta epidemia, y se debe empezar por uno mismo.
Si mentalmente una persona tiene pensamientos negativos, desastrosos, fatales, esa es una afirmación y por lo tanto atraerá eso para su vida y atraerá más de lo mismo, la ley de la atracción es una ley de la naturaleza y es impersonal, no ve cosas buenas o malas, solo recibe pensamientos y devolviéndolos, en la experiencia de la vida de la persona, y solo le da lo que está pensando, convirtiéndolo en realidad.
Cuando te enfocas en las cosas que no quieres, como, por ejemplo: no quiero llegar tarde y llegas tarde, porque la ley de la atracción no oye el “no quiero” solo el llegar tarde y lo hace realidad tantas veces como se repita, porque no sabe de quiero o no quiero, solo percibe el enfoque y se manifiesta en tu vida real.
Con este enfoque de la ley de la atracción, los pensamientos y las palabras cobran fuerza y la mayoría de las veces los no, son igual a si y esto nos orilla a re pensar nuestras ideas y nuestras formas de ver la vida para evitar caer en un círculo vicioso de atraer aquello de lo que queremos huir.