Aunque hasta ahora no ha sido más que un tema de campaña política -uno de los preferidos de Donald Trump, junto con el de denigrar a México-, tal vez el señalamiento que se hace en el juicio de Genaro García Luna de que el vínculo de funcionarios mexicanos con los carteles de la droga ya llegó a niveles del propio presidente de la República (Felipe Calderón), reactiva pronto en EEUU el debate sobre si debe o no declararse terroristas a los grupos criminales. La eventual reclasificación permitiría a los gringos intervenir más directamente en México. Y es que hace unos días, fiscales generales de 21 de los 50 estados de la Unión Americana, todos republicanos, pidieron a Joe Biden que haga la conversión. Más de 100 mil estadounidenses murieron en el último año por sobredosis de drogas, dos tercios por fentanilo. “Amenazan la seguridad nacional”, advirtieron los fiscales al presidente. Pasarían los carteles de ser enemigos de la seguridad pública a enemigos de la seguridad nacional…“Otro nivel”…En 2019, en un programa de radio, Trump declaró que llevaba un proceso reclasificar a los grupos, y que de hecho le había ofrecido a AMLO que lo dejara “limpiar a México”, oferta que el paisano rechazó. México no admitirá nunca acción alguna que signifique violación a su soberanía, escribió en Twitter, en esa época, el canciller Marcelo Ebrard. La más severa de las categorías en que el vecino del norte bautiza a sus enemigos es la “organización terrorista extranjera”. De ser denominados terroristas, los carteles se convertirían en prioridad para EEUU, y desaparecería en automático la necesidad de solicitar orden de arresto para inspeccionar una propiedad o invadir computadoras. Bajo el enfoque de que el ataque (terrorista) debe evitarse, da “flexibilidad” a las fuerzas de seguridad estadounidenses para actuar dentro y fuera de su país.¿El probable regreso de Trump a la Oficina Oval de la Casa Blanca revivirá la posibilidad?