Al llegar a su casa en Chetumal lo primero que vi fue a un elemento de la GN armado hasta los dientes, pero al entrar me encontré un contraste tremendo que me hizo entender, una vez más, como se las gastan para aparentar poder, pues en esa casa solamente se encontraba un hombre de 74 años, delgado, pero muy contento de recibir a sus visitas.
Fue una escena muy ridícula y tétrica! El ex gobernador de Quintana Roo ha pasado más de 20 años peleando por su libertad hasta que la pandemia
COVID -19 le dio, extrañamente, un aire de esperanza, pues al ser un adulto mayor fue considerado “población en riesgo” y le permitieron continuar su prisión en casa. Platicamos largo y tendido antes, durante, y después de la entrevista, pero si tengo que decir que es lo que más me impresionó de don Mario, es su carácter: creo firmemente que se necesitan tanates para continuar esta batalla contra el sistema que dijo: “es una venganza política del ex presidente de México, Ernesto Zedillo Ponce de León” No me tocaron sus años de gloria, y tampoco soy quién para emitir un juicio a favor o en contra, pero lo que si puedo decir es que vi documentos, revisamos juicios, me contó su historia con lujo de detalle y me mostró resolutivos a su favor, lo que me hace pensar ¿por qué rayos sigue privado de su libertad? Hoy en día está en riesgo de volver a la cárcel, pues recordarán que
en México “ya se acabó la pandemia”. Su esperanza es aquel compromiso público que hizo Andrés Manuel López Obrador en una de sus muchas giras por Quintana Roo, ya como presidente de México en 2019, donde dijo que lo apoyaría para salir de la cárcel, pues hoy en día el INDULTO PRESIDENCIAL es uno de los dos recursos que le quedan al ex gobernador, el otro, pasar sus últimos años en la cárcel. Tal vez sea momento de molestar al tigre!