Más que una profesión, el ser maestro es una decisión; al igual que otras actividades, la del docente tiene sus grados de complicación y disfrute, sus niveles de estancamiento y fluidez, sus momentos de ánimo y otros lo contrario, pero sin duda alguna, es de las pocas, sino es que la única, que tiene la gran oportunidad de convertir a seres humanos ordinarios en extraordinarios, a seres inseguros en personas con alto grado de confianza; la profesión u oficio de maestro continua aun siendo de las más creíbles, útiles, sanas y con un potencial inmenso de lograr impactos positivos en el mundo a través de las y los estudiantes que la vida pone en nuestro camino.
Querido maestro, reciba mi más alta consideración por la decisión que ha tomado de ser coadyuvante en la construcción de una mejor sociedad a través de la enseñanza, que, dicho sea de paso, es un privilegio y gran honor; así lo he vivido durante más de dos décadas y es por esa misma razón que valoro sus aportaciones, comprendo sus retos y aplaudo sus esfuerzos.
Le invito a seguir preparándonos cada día, a retomar la gran pasión, entrega y convicción de que esta noble actividad es de las más sublimes y útiles, le exhorto a que en cada estudiante, veamos reflejada a la persona más querida; que la vida y Dios nos den la gran oportunidad de contribuir para su formación y logro de metas por la vía del bien, del esfuerzo y dedicación; les instigo a poner todas nuestras virtudes, fortalezas, habilidades y conocimientos para ofrecer un acompañamiento genuino hasta sentir la satisfacción del deber cumplido. Le aseguro que esa será la máxima recompensa, hagamos que sea repetitiva tantas veces como la vida nos presente las oportunidades.
Deseo motivarle a que en cada estudiante veamos una oportunidad de conocernos a nosotros mismos, de vencer barreras, de sacar las máximas energías positivas, de poner en práctica y renovar nuestra creatividad para lograr con los talentos de cada estudiante, la obra de arte que permita el gran sueño de que lleguen a ser lo que están llamados a ser; encontraremos en el camino, estudiantes de todo tipo y tengamos la certeza que llegarán a nosotros los que necesitamos para poder trascender, cada quien decidirá cómo quiere trascender, pero la oportunidad ahí está.
En este día del maestro, le invito a que haga un ejercicio de imaginación, recordando desde su primer día de clase, su primer día frente a grupo, hasta ahora; le invito a recordar a sus primeros estudiantes, con sus rostros expectantes, sobre todo recuerde sus emociones, la adrenalina que sentía, el gran anhelo por servir a través de la educación y compárelo con lo que está viviendo y siente ahora, con las y los estudiantes que tiene actualmente y reflexione acerca de: ¿Ha cambiado algo? ¿somos más humildes? ¿la experiencia adquirida la ponemos al servicio de las nuevas generaciones? ¿he dejado huella o cicatrices? ¿continuamos con el ánimo de preparar nuestras sesiones con varias estrategias? ¿nos emociona el ver como progresan y aprenden nuestros estudiantes? ¿Qué sigue para mí como docente? ¿cómo estoy contribuyendo para lograr que salgan adelante? ¿disfruto el ser maestro?
Millones de bendiciones y “Feliz día del Maestro”.
Con afecto, S.S. Julián Aguilar.