He aquí navegando en las perversas aguas caribeñas del Gobierno del Cambio, en donde en el mejor de los casos hay pánico escénico entre los actores del gabinete legal y ampliado del mandatario Carlos Joaquín González, quien ni tardo ni perezoso ya decidió hacer los ajustes y enroques correspondientes, a propósito del calendario político electoral que ya apremia en tiempos y en formas a los partidos políticos y a todos los que aspiran a un cargo de elección popular para el 2018, para elegir directo en Quintana Roo 11 Presidencias Municipales, 4 Diputaciones Federales y 2 Senadurías; más posiciones plurinominales.
Nada tuviera de extraordinario, si no fuera porque a más de un año del gobierno aliancista (PAN-PRD), a éste ya le hace agua la embarcación y sus grupos están en pleno naufragio, ante la presión ciudadana y del propio titular del Ejecutivo en cuanto a que se cumplan las promesas de campaña, y en el ejercicio de gobierno se atiendan las demandas y necesidades sociales; al Gobierno del Cambio le urge dar resultados más allá del pago de facturas políticas y para tener credibilidad y mantener su capital político en los comicios preferentes que se avecinan.
En este océano hay que circunscribir el último affaire del Secretario de Gobierno, Francisco López Mena, quien se precipitó en asegurar que habían renunciado a sus cargos los Secretarios de Finanzas y Planeación (SEFIPLAN) y de Desarrollo Social (SEDESO), Juan Melquiades Vergara Fernández y Julián Ricalde Magaña, respectivamente; al tiempo que negó que él mismo fuera a dimitir como
Secretario de Gobierno.
Ipso facto en sus respectivas cuentas de Twitter, los secretarios Juan Melquiades Vergara Fernández y Julián Ricalde Magaña negaron categóricos que hubieran renunciado; incluso el titular de la SEDESO en ese momento encabezaba un evento en la comunidad de Ucum, Othón P. Blanco, en el que se entregaron las primeras 30 casas de un programa social, acompañado de otros funcionarios entre los que destacaba el Jefe de la oficina del Gobernador, Miguel Ramón Martín Azueta.
Lo que obligó al Secretario de Gobierno, regañado o no por el Mandatario Carlos Joaquín González, a convocar a conferencia de prensa para tratar de deslindarse de sus declaraciones, pero ante la evidencia de la grabación de éstas, sólo logró ante los medios desmentirse.
De la lectura política, Francisco López Mena no pecó de ingenuo ni de tonto, con orden o sin ella, con perversidad trató de empujar a su retiro a los dos secretarios que un par de días antes habían sido destapados para cargos de elección popular federales, en el marco de los acuerdos del Frente Ciudadano; pero Juan Melquiades Vergara Fernández y Julián Ricalde Magaña le salieron respondones al hombre que debe tener el control de la política interna en el gobierno y en el Estado.
Un histórico affaire; sin precedentes.
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