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noviembre 23, 2024

Voces

Los negros números de la realidad

Escuche mientras lee: “Sensemaya” del genio Silvestre Revueltas. Le sugiero la versión a cargo del maestro Enrique Batiz al frente de la Orquesta Sinfónica del Estado de México.

Durante la última conferencia de prensa del presidente Andrés Manuel López Obrador en Isla Mujeres quedó en evidencia que los contactos que el presidente tiene en Quintana Roo, quienes tienen la obligación de no mentir, sí que han faltado a la verdad al rendir sus informes al titular del Poder Ejecutivo. Ya sea porque son patéticamente ignorantes y soberbios (no son capaces ni de informarse bien), o porque sus acuerdos políticos no se los permite, el caso es que esa desinformación, le generó al presidente varios tropiezos durante la conferencia, sobre todo al hablar del sargazo.

Lo más grave no es eso. El sargazo que atípicamente está recalando en nuestras costas, cumple muy bien con el papel de obnubilar la realidad al cubrir el agua otrora clara del Mar Caribe con una horrorosa capa color café. Lo de fondo, lo realmente grave es la afectación a los recursos naturales de la zona; lo que en Quintana Roo estamos haciendo para afectar al hábitat.

¿Qué hay debajo de la película de algas inertes portadoras de metales pesados entre ellos el arsénico? Existe una frase que le escuché a un especialista y que, luego de analizar a fondo me ha marcado como comunicador: “¿Quieres saber de la salud de tus arrecifes?, checa la propia de los manglares”. Pues bien, veamos. En Quintana Roo, gracias a la comisión de un delito que debiera ser incluido en la lista de “graves” denominado omisión, cualquier ‘hijo de vecina’ que tenga el dinero suficiente para pagar ridículas multas, ha sido investido con la ‘capa’ de la impunidad para devastar, para masacrar manglares; en Quintana Roo, desde la creación del centro turístico planificado denominado Cancún, hemos arrasado con cuando menos el 60 por ciento de nuestros manglares.

Pues bien, ahora tratemos de diagnosticar el daño que le hemos generado al segundo arrecife más grande e importante del mundo, El Gran Arrecife Mesoamericano. Pues bien, al porcentaje de afectación que usted calcule, súmele ahora la muerte acelerada de organismos coralinos por una afectación que resulta del estrés al que están sometidos, pero también al calentamiento global, a las Tormentas del Sahara y desde luego, a la contaminación de nuestros mares; estos últimos, fenómenos mundiales.

Ojo, la afectación por la enfermedad denominada “Síndrome de Blanqueamiento” está acabando en un lapso muy corto con la mitad del arrecife denominado “Paraíso” en Cozumel.

Y, como decía el conductor de televisión, Raúl Velázco, “aún hay más amigos”… Padecemos desde hace ya muchos años la erosión acelerada de las playas de Quintana Roo; se han hecho lamentables experimentos como el relleno multimillonario de las mismas que no funcionó y hoy, a nueve años de ello, además del sargazo, además del blanqueamiento de corales, seguimos con las playas terriblemente erosionadas.

Habrá que decirle al presidente lo que no le han informado: si seguimos atendiendo los problemas de manera aislada, pero sobre todo, si las autoridades de los tres niveles de gobierno siguen delinquiendo con la omisión oficiosa, el caos ambiental y por ende económico de Quintana Roo será un destino que nos puede alcanzar. Ciao.

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