POR CRISTINA ESCUDERO
Por quinto año consecutivo, los quintanarroenses escuchamos un informe de gobierno irreal, de puras falacias, de datos risorios, más bien, Carlos Joaquín parece que se encuentra gobernando otro estado, porque de la entidad no hay certeza en lo que dijo. A los ciudadanos nos ha llevado a padecer de los más altos índices de inseguridad, sólo ayer, horas antes de que se apostara en el Congreso del Estado para entregar su 5to. Informe de Gobierno, la delincuencia le dejaba un “cuerpo” enfrente de un conocido medio de comunicación y vaya de paso, que está ubicado en una de las zonas más céntricas de Cancún.
No se vale presumir, temas que no se han logrado como el tema de la inseguridad que creció de manera desmedida, y de eso no sólo somos testigos los habitantes del estado, sino también se revela en los datos de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana, que coloca a Quintana Roo en los primeros lugares de diversos delitos y eso lo hizo de la mano de personajes como Alberto Capella, quien fue uno de los peores desaciertos de Carlos Joaquín al haberle dado todo el control de la seguridad cuando de Morelos salió de la peor manera, pues lo corrieron los mismos policías por su mal desempeño como secretario.
El pueblo le reclama a Carlos Joaquín que prometió “El gobierno del cambio”, pero falló desde el día 1 de su mandato y ya no hay esperanzas de que al filo de su último año frente a la administración logre algo. Ya ¿qué más podemos esperar? Si dejó una deuda millonaria, la más alta en la historia de Quintana Roo. Hizo negocios muy cuestionables, protegió a corruptos e incluso hasta gente de su propia familia como el caso de su cuñado José María Rejón, quien despojó de su terreno a un anciano de origen maya y a través de la Fiscalía General del Estado se le dio carpetazo al asunto. Queda un año para que Carlos Joaquín recomponga el camino, pero la historia ya le cobró facturas, pues recordemos que en el 2018, 2019 y 2021, la gente lo castigó y perdió las elecciones. Es cuanto.