El año calendario tiene contenidos en sus fechas, grandes acontecimientos que nos marcan pautas de acción, cada día, semana, mes y al año, con sus 365 días entrelazados unos con otros, con nombres y significados,
representaciones y acontecimientos, nos envuelve en una dinámica que nos permite tener agenda para cada
momento de la vida. Ante ese dinamismo, podríamos representar que cada acontecimiento o fecha importante es como una puesta en escena, donde hay un director y los actores, que dan vida a cada episodio de la vida y cada mañana se escucha la indicación, que todo director instruye a las y los integrantes del equipo
en escena: Luces, Cámara, Acción y se empieza a rodar el siguiente
capítulo. El capítulo que corresponde ahora es el de las fiestas decembrinas en un sentido amplio o el
de navidad en un aspecto concreto, en el cual se celebran varios momentos o fechas de la historia de
la humanidad desde un punto de vista religioso y donde nace una nueva esperanza de salvación para la humanidad.
Comenzamos con el árbol navideño, es todo un acontecimiento familiar, colectivo, comunitario y
hasta podría decirse que de un país o de muchos países del mundo, en los hogares lucen hermosos arboles decorados, alegres, con luces abundantes, también en las oficinas de las empresas muchas
veces se instalan adornos y árboles navideños, así como en las plazas populares o explanadas y en plazas comerciales, mostrando con estos montajes que ya empezó la temporada navideña
y los regalos vendrán. Se tiene la creencia que el árbol navideño, representa el Árbol del Mundo,
decorado con esferas brillantes que significan los dones de la Tierra, las luces significan la Luz Divina y, finalmente, se corona con la Estrella de Belén. El resto de adornos
viene a significar los regalos de Dios a los seres humanos. En nuestra Universidad Tecnológica
de Cancún, ayer tuvimos el privilegio de replicar esas contundentes palabras que dan inicio a
esta temporada navideña para nuestra comunidad universitaria y en coro en cuenta regresiva, antecientos de asistentes, logramos pasar de la oscuridad a la luz y a la esperanza, porque estamos convencidos que
cuando muchas personas unen su chispa de la vida, con sonrisas y buenos deseos, una llama enorme
ilumina sus objetivos y metas para convertirlas en realidad. Como familia UTCANCÚN y en nombre
de toda la comunidad universitaria, deseo que este fin de año sea de paz y armonía, y que en cada hogar se enciendan muchas luces de esperanza para seguir transformando con cultura de paz.
