En una ocasión esperaba el depósito de un pago, dinero que era de suma importancia para continuar con la organización de una actividad.
El momento era desesperante y angustiante, al consultar en el banco en dos ocasiones y no verse reflejado el movimiento; el pensamiento fatal fue que ya habían quedado mal incumpliendo con lo acordado. Una hora después, el vuelo despegó y durante poco más de dos horas, la energía y los pensamientos estaban concentrados en comprender las causas del por qué había faltado a su palabra la contraparte.
Al siguiente día, se dio una conversación vía telefónica y entre reclamos, explicaciones y justificantes, se concluyó que todo estaba casi bien, solo faltó una última consulta al banco, pues el depósito se había hecho según lo acordado con la diferencia de sólo unos minutos, que después de conocer todas las peripecias que tuvo que pasar quien realizó el depósito, todo parecía menos grave de lo que un día anterior se pensó. Era cuestión de haberlo intentado una vez más, como último recurso.
La anécdota anterior se comparte, motivado por las constantes experiencias que se viven en los procesos de captación y selección de nuevos estudiantes y principiantes este año. Es más que motivante ver y conocer las actitudes tan positivas y las ganas que tienen la mayoría de los jóvenes que deciden estudiar una carrera, y que eligen a la Universidad Tecnológica de Cancún como su mejor opción para prepararse profesionalmente.
Cómo negar una oportunidad a quien jamás se da por vencido; a quien a pesar de tener dificultades variadas como son complicaciones en algunas materias de preparatoria y aun así continúan; o escasos recursos económicos, pero logran subordinar una serie de comodidades al interés de prepararse, e incluso sacrificar necesidades básicas no sólo la o el joven, sino gran parte de la familia.
A quien no ve obstáculos en la distancia que hay que recorrer para llegar a la universidad, pese a contar con algunas monedas en la palma de su mano para completar el costo del camión y a veces tener que caminar largas distancias porque faltaron una monedas, exponiéndose a todos los riesgos que esto implicaría en la madrugada o por la noche.
Sensibilización es lo que hace falta para solidarizarse con quienes siguen en la búsqueda de manera incansable de preparación y oportunidades, para hacer realidad sus sueños, metas y planes. Y es así como se entra en razón de que ¡Cuando se quiere, se puede! ¡El que busca, encuentra! Cada día hay ejemplos del joven constante que no se da por vencido y que en los tropiezos encuentra su fortaleza y en sus sueños haya la motivación, pero así, en la búsqueda permanente y con la satisfacción de siempre encontrar.