Es decir, que entendía el “modo de vida” ahí vigente. Que desde su cargo público estaría dispuesta a defenderlo.
Y resulta que no. Totalmente al contario. Que sus más recientes declaraciones demuestran que entiende las razones por las que Playa se fundó, por las que sus pobladores decidieron serlo, por las que los viajeros la eligen para sus vacaciones.
Porque Playa del Carmen, Quintana Roo, es una población muy joven fundada justamente en la libertad, en el uso y dominio de sus calles por el hombre, en una escala humana. Porque se pretendió, desde el inicio, que fuese una ciudad habitable, que se pudiese caminar, que se pudiese disfrutar en igualdad de condiciones para todos. Con acceso a la playa desde sus mismas calles.
Una ciudad democrática, además.
La inseguridad, que también guarda relación con la omisión y la incapacidad de sus autoridades, vino a dañar esto. Los primeros crímenes asustaron a todos. Las muertes irrumpieron con una violencia, valga la redundancia, tremenda. Sin embargo, la vocación libertaria de sus habitantes se había mantenido.
Luchando, exacto, por conservar su “modo de vida”
Llegó la señora Beristain al Ayuntamiento, dizque a gobernar, y lo único que ha demostrado es una ignorancia e incapacidad supinas. Porque sus declaraciones llamando a quedarse en casa después de las 19 horas, son criminales en todo sentido. Además de estúpidas para decir lo menos.
¿Cómo se le ocurre a una mujer que llegó a gobernar el municipio por un partido de izquierda, moderno, declarar tal sarta de tonterías?
Se interpretó, obvio, como un “toque de queda”. Lo sea o no, es igual de grave su llamado. Porque en Playa se vive en sus calles. Se camina en sus calles. Se come en sus calles. Se canta y se bebe en sus calles. De eso, de que la gente salga a sus calles, viven sus habitantes. De eso ganan dinero. De eso llevan el pan a sus casas.
Por lo tanto, la Beristain está llamando a que sus habitantes se queden sin ingresos. Y que al ver las calles desiertas, los visitantes decidan no regresar, decir en sus países que no vengan.
¿Es que no tiene tres dedos de frente, de prudencia, de entendimiento la señora?
En verdad, supongo que a muchos otros les pasa lo mismo, no encuentro calificativo para lo que hizo Laura Beristain…