La ex esposa de Roberto Borge se casó. Vestida de blanco encaje, con un cinturón palo de rosa por cualquier pasado que se le haya atravesado, con un escote tan pronunciado como la cuenta del cirujano plástico, con plumas y flores, muy en su estilo palaciego.
El marido es lo de menos. Hermano o cuñado de sus compadres. Novio desde el trágico final de su historia político-amorosa en Quintana Roo. Al que no se le conoce fortuna. Parecido a Borge por aquello de que la cabra tira al monte.
Todo, absolutamente todo, es color de rosa para la señora que conoció al exgobernador encarcelado cuando le probaba zapatos en una tienda de Cancún. O sea, muy poco en su cuenta bancaria personal.
La magia de las primeras damas, que todo pueden, todo toman y todo se llevan, se cumplió con ella.
Con el agregado de una gran generosidad del gobernador Carlos Joaquín que nunca ha investigado su fortuna. Porque a cada viaje, cada regalo, cada fotografía de Borge con la diputada del VERDE, maestra del oportunismo, Mariana exigía el doble. Y como debe haber estado bien aconsejada no se conformó con departamento, casa, placas de taxi, sino que pidió negocios. Y negocios, muchos negocios, hizo. Con ganancia para ella de manera brutal. ¿Todo legal? Todo producto del presupuesto público del Estado.
Franquicia quiso, franquicia se le compró. No se fue en la “bola” de los terrenos, lo que ella quería era recibir dinero cada mes sin tener que salir a la calle. Y lo consiguió. De sobra, de lo que sigue de sobra.
Negocios, propiedades, dinero en efectivo que se le entregó, que nunca han sido investigados. Porque se amparó en el esquema de Karime Macías de Duarte. Se asumió inocente, víctima, esposa engañada. Se compró a tiempo su impunidad.
Ahora, con cuerpo arreglado, con brillantes del pasado, puede invertir en una boda parecida a aquellos excesos sin calificativo de los bautizos. También pagados por el erario.
Porque todo lo que tiene y presume Mariana Zorrilla ex de Borge, salió del mismo lugar. Y si no que le pregunten a Roberto… Que debe estar pensando que los zapatos que Marcos, tan cuate antes de bajarle a la novia, le llevó a comprar le salieron muy caros…