La petición de “licencia” por dos meses que hizo el presidente municipal de Othón P. Blanco despertó muchas interrogantes. Y mayor número de sospechas.
De entrada, porque es totalmente arbitrario fijar un tema médico, de análisis, de estudios, en ese tiempo. ¿Por qué no una semana? Porque si se trata de tener un diagnóstico, a su edad, tiene que ser relativamente sencillo. No se necesita tanto tiempo.
¿Qué se gana o se pierde con esto?
¿Por qué tuvo que llegar la líder de MORENA, Yeidckol Polevnsky, a declarar que Pastrana sigue siendo el edil?
¿O sea, no era tal?
¿El problema es la edad de Pastrana o la falta de presupuesto en el municipio?
Hace algunas semanas se desmayó, y dijeron que había sido por el calor. ¿Estará agobiado por la realidad? ¿Gobernar un municipio sin dinero resultó demasiado pesado?
La crisis de carencias y problemas de la capital del Estado obligó al gobernador Carlos Joaquín a hacerse cargo de lo más urgente, como la pavimentación de las calles. ¿Es que Pastrana vio que no había salida?
La líder de MORENA declaró que se trata de una “gente muy valiosa” que además es “muy querido” por López Obrador… ¿De parte de quién?
Su sucesor será, previa aprobación de doña Yeidckol, el primer regidor José Luis Murrieta Bautista.
Por su parte, Pastrana declaró, entre contradicciones, que “se siente bien” pero quiere averiguar “qué le pasa, qué tiene”. O sea…
Lo más interesante es el termino de la licencia, los dos meses, por qué establecerla en esta duración precisamente.
Por lo pronto, no se trata únicamente de ganar una elección. Gobernar requiere cualidades, capacidades, que definitivamente no se discutieron durante las campañas políticas. Ahí están los errores de Mara Lezama, los tropezones de Laura, y lo que se acumule en estos días…