Hace poco más de un año, diciembre de 2017, que la Seido terminó de llevarse todo lo que había en las cajas de seguridad que habían “asegurado”. Y siguen vigentes las interrogantes.
Primero porque están a punto de cerrar el caso, les urge aparentemente, echando toda la responsabilidad encima de la empresa First National Security. Cuando lo importante sigue siendo qué había realmente en esas cajas de seguridad.
El pretexto para “abrirlas” fue que alguna de ellas contenía dinero y/o información de “Doña Lety”, a quien ya habían capturado para esas fechas del 2017. Lo cierto es que contra todas las garantías individuales confiscaron contenido de la mayoría de las cajas de seguridad, que como su nombre lo dice, estaban alquiladas precisamente para conservar valores de las personas.
Nada justifica lo que hicieron, y las quejas siguen vigentes ante la CNDH. Por eso tienen prisa de darle “carpetazo” al tema. ¿Qué sigue? En el expediente 839/2018 se pretende responsabilizar a la empresa de delincuencia organizada.
Queda la pregunta sobre el contenido de mil 500 cajas de seguridad.
Si estamos en un país de respeto a las garantías individuales, donde todos somos inocentes hasta el momento en que un juez dictamine en contra, no hay cómo explicar siquiera que se hayan apropiado del contenido de esas cajas de seguridad.