Muchos, en verdad muchos quintanarroenses no conocen el nombre de Otoniel Segovia, el alcalde de Chetumal que llegó por azares del destino.
Un hombre cuyo pasado es un misterio tan grande como las razones para haber sido impuesto.
El líder de MORENA en el Estado, doctor José Luis Pech le dijo ayer lo que venimos diciendo: “la oportunidad que nunca más va a tener en la vida”.
Le pide que trabaje. Lo que los habitantes de la capital del Estado han estado demandando desde que llegó. Más allá le exige “que no se haga rico”, que no busque riquezas ni suburban, sino que trabaje. Lo que no es mucho pedir.
El señalamiento es directo, ya que “mágicamente”, el alcalde estrenó una camioneta suburban 2019 que su sueldo no puede pagar.
Ya Pech está admitiendo que la apertura de MORENA fue un error. Que llegó a puestos de elección popular “gente que no está a la altura”.
La capital del Estado necesita seguridad, y no es con los policías municipales como va a obtenerla. La necedad de un alcalde que ni siquiera asiste a las reuniones de cabildo, como es su obligación, no conduce a ningún lugar. A esto, una inseguridad totalmente nueva para sus habitantes, hay que agregar problemas de recolección de basura, de limpieza, de bacheo de las calles, lo más elemental.
Esto de la basura es grave porque se presume que más de 60 toneladas no son recogidas cada día, la descomposición de estos deshechos con el intenso calor es un gran riesgo. No atendido por el alcalde que parece pasar los días en busca de “negocios”.
Ahora hasta en MORENA aceptan que se equivocaron.