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noviembre 24, 2024

Letras de cambio

La soledad del gobernador

¿Ustedes han escuchado a algún candidato hablar bien del gobierno, de la persona de Carlos Joaquín? Porque yo no. Es como si todo hubiese sucedido en Quintana Roo, en estos dos años y meses, por generación espontánea. Como si los logros estuviesen en un plano muy lejano de su mundo. Como si la realidad del Estado le fuese ajena.
Parecería que los candidatos no han visto las batallas dadas por el gobernador, primera persona del singular, para que Estados Unidos no nos coloque en una lista de sitios que no deben visitarse por el peligro existente. Esto, pese a la lista interminable de ejecuciones, de violencia que vivimos. Un ejemplo de lo que Carlos Joaquín hace en total soledad.
Además, no vemos en estas cruzadas, la de la promoción turística para citar una, a los titulares del ramo. Ni a los empresarios. Ni a todos los que se quejan cada día. Como sucedió en el Tianguis Turístico donde el gobernador parecía el empleado más “movido” frente al beneplácito de sus “acompañantes”. O con su solitaria visita a Washington.
Silencio similar al de los candidatos, el de los colaboradores de Carlos Joaquín. No se diga de los presidentes municipales.
¿Y los críticos, los opositores? Gozan de cabal salud.
Si hablamos de Chetumal, donde un señor invisible dice ser presidente municipal, es el gobernador el que está instalado en bachear las calles. Ya sólo le falta salir a recoger la basura, comenzando por Majagual donde el mal olor tiene que haber afectado las vacaciones de muchos.
La contabilidad, en tiempos de crisis, y vaya que estamos viviendo la crisis de la inseguridad, la crisis del sargazo, la crisis de la baja en visitantes, debe hacerse en sentido contrario. Y alguno, uno entre los candidatos afines a su gobierno, uno entre sus colaboradores, tendría que salir a ponderar todo lo malo que no nos ha pasado, todo lo muy malo que se ha logrado evitar hasta ahora. ¿O es que piensan que Carlos Joaquín da mala sombra?
Todavía es tiempo de poner a la realidad en su verdadero balance, de voltear a mirar a nuestro alrededor como si este gobierno apenas estuviese entrando a su mitad, y no como si ya fuese de salida.

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