La señora doña Hermelinda Lezama, presidenta municipal de Benito Juárez, debe estar lo que sigue de preocupada. La manta que le dejaron no es para dormir tranquila.
¿Es posible que esté recibiendo dinero? ¿Puede haber pactado con grupos criminales? Lo cierto es que recibió una amenaza verdaderamente fuerte.
¿Es suficiente rodearse de policías para estar segura? El miedo es muy traicionero; es algo que puede instalarse en tu realidad con mucha facilidad. Por lo pronto, debe estar volteando a ver para todos lados.
Ya pasaron cuatro meses desde que tomó posesión y todo indica que el gobierno que tanto persiguió, ahora por un partido político al que ha negado pertenecer, no es un lecho de rosas. Las quejas en su contra aumentan; no hay sectores sociales satisfechos. Y la inseguridad es una pesadilla sin fin. Con el agravante de asesinatos de jóvenes, como lo sucedido en una casa la semana pasada con ocho víctimas, o en un fraccionamiento esta semana con un joven de 17 años.
A eso debe agregarse la imposible vialidad, que a todos los habitantes de Cancún los tiene de pésimo humor, para decir lo menos. Y el mal tiempo, el frío, los árboles caídos, las inundaciones.
La realidad parece operar en su contra.
Vienen las elecciones. ¿Qué papel jugará? ¿O Morena, simplemente, la ignorará? ¿Le cobrarán si pierden?
Lo cierto es que sus cuates han comenzado a evitar las fotografías con ella, incluyendo al diputado Luis Alegre que en días pasados parecía “cogobernar”.
Y es que el cuerpo descuartizado, con la manta diciendo que la señora presidente municipal “no está cumpliendo con los tratos”, y que la “iban a dejar así”, no es para menos.
Lo malo de lo peor, es que esto apenas comienza…