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noviembre 24, 2024

Letras de cambio

La impecabilidad de Yohanet

En el análisis más simple, la secretaria de Finanzas es una mujer de números. Que sabe ordenarlos. Que entiende sus razones. Y, por lo tanto, que por eso fue nombrada en su puesto.

No hay que irse con la finta, porque el papel que juega Yohanet Torres es más complejo.
Si bien a Juan Vergara le tocó un desastre, un verdadero caos sin pies ni cabeza, en esa dependencia, es a Yohanet Torres a quien le corresponde avanzar sobre lo que había hecho, mucho, su antecesor y modernizar de verdad las finanzas. Como una avenida de doble sentido, tanto para los contribuyentes como para los proveedores. Para todo aquel que tiene relación con el dinero público.

Muchos recordarán el “viacrucis” de gobiernos anteriores. Donde el protagonismo de los señores del dinero era un castigo divino, donde todos tenían que hacer cientos de horas de antesala, e incluso sobornar a algunos colaboradores del titular para intentar que sus facturas fueran procesadas.

Justo como en los tiempos de la Colonia.
En pocos ámbitos hubo tantas irregularidades consentidas.
Hasta ahí todo entra en el esquema del gobierno de Carlos Joaquín: Modernización, transparencia, combate a la corrupción. Yohanet, sin embargo, va más lejos. Ya es de agradecer que no se haya subido a un ladrillo, que no “venda caro su amor”, que sea accesible. Con eso podíamos darnos por bien servidos.

Lo singular, que está definido en las fotografías que Carlos Joaquín divulgó sobre su reunión en la Ciudad de México la semana pasada, es que también esté entendiendo, mejor que casi todos sus compañeros de Gabinete, de qué lado ‘masca la iguana’. Es decir, conoce su momento y no lo desperdicia, no se promueve, pero aparece en la foto. Diría que en todas las fotos.

En otras palabras, es una de las cartas del futuro. En donde se ofrezca. Así de amplio: En donde se ofrezca.
Y no estamos hablando solamente de números.

Miles de quintanarroenses que pagan más fácilmente lo que tienen que pagarle al gobierno, la reconocen. Pero también otros muchos miles la han visto. Discreta, oportuna (ojo con esto, que es una falla de la mayoría de sus compañeros) y sobre todo leal, absolutamente leal a su jefe.

Comencemos a ver las fotografías, porque en Quintana Roo todavía hay que salir en la foto…

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