La señora Beristain, presidenta municipal por azares de Morena, protagonizó la semana pasada un sainete que viene a establecer, una vez más, su incapacidad política. A la vez que define los pésimos asesores que tiene, que ni siquiera saben consultar Internet para enterarse.
Imposible siquiera imaginar que nombrase como jefe de Seguridad Pública a un policía con tan malos antecedentes, con tan pésima fama pública, pero sobre todo que había trabajado muy de cerca con el grupo de “policías” que participaron en el asesinato del general Tello Quiñones.
¿O es que era tan difícil ubicar, por descolocada que esté la señora, quién es, qué hizo “El Vikingo”? Francisco Delgado, ex jefe de la policía de Cancún, alías “el Vikingo”, fue sentenciado a 10 años de cárcel, en un penal de alta seguridad. Su brazo derecho…
El general Tello Quiñones, hay que recordarlo, fue torturado antes de ser asesinado en Cancún.
¿De todos los policías que hay en el estado, en el país, por qué Laura Beristain nombró a Sidley Loeza? ¿Cuál es su compromiso, con quién?
Y una vez nombrado, frente a la crítica feroz de muchos, yo misma publiqué que estaba instalada en el miasma criminal, decide quitarlo. Le pide su renuncia a cuatro días del nombramiento. Después de su muy torpe defensa, diciendo que 30% de los funcionarios públicos del estado tienen “demandas” como Sidley Loeza.
Lo que no quería aceptar era su inhabilitación, su cercanísima relación con “El Vikingo”, su peor fama pública. ¿Había necesidad? ¿Qué consiguió en esos cuatro días de tener al señor Loeza en la policía? ¿Se detuvieron los asesinatos, dejó de haber violencia en Playa del Carmen?
Lo cierto, incuestionable, es que la señora Beristain no entiende. Y no entiende que no entiende. No se mira a sí misma en el espejo de su incapacidad, de sus “palos de ciego”, no tiene la capacidad de examinar objetivamente sus errores. Por lo que podemos esperar cualquier cosa, cualquier jalada, cualquier nombramiento de un criminal …