José Chapur habla por sus intereses, por sus hoteles, su dinero, su futuro. Y lo hace con total conciencia de lo que dice. Sin embargo, habrá que preguntarse si está mintiendo cuando afirma que están librando “la tormenta perfecta”. Que, según él, se conforma por el sargazo, “la publicidad de inseguridad”, y la temporada de huracanes.
Es obvio que el arribazón del sargazo y la posible llegada de huracanes están en decisión de la naturaleza, que se pueden tomar acciones para retirarlo de las playas, y en el caso de huracanes, para sobrevivir a estos de la mejor manera. Sin embargo, cuando Chapur habla de la “publicidad de violencia” hay que analizar.
Porque no se trata de esto, de una simple magnificación interesada en medios de algo que podría ser o no ser, sino de la comunicación con veracidad de una realidad.
Tenemos más de 600 muertos en Cancún. ¿Cómo los escondemos debajo de montañas de arena?
Imposible negar esta realidad. Que, además, tiene como elementos significativos la omisión de las autoridades en resolver los crímenes. Que solamente puede darse con la presentación ante el juez de los presuntos responsables, con las medidas de prevención para evitarlos.
Y las autoridades, todas, no están haciendo su trabajo.
De donde resulta muy poco creíble que los turistas se vayan del estado con la tranquilidad de que no tenemos problemas de seguridad, como asegura el empresario Chapur.
¿Se elimina la realidad, si cerramos los ojos?
Con la llegada de los policías militares el único resultado que hemos tenido es la detención de varios de ellos por escandalizar y orinar en la Zona Hotelera de Cancún. Con la llegada de nuevos responsables de las autoridades estatales y municipales seguimos teniendo asesinatos todos los días, y no han sido detenidos los responsables.
Los marinos siguen en las balaceras que permiten la detención de quién sabe quién y por qué razón, porque como sabemos no son Ministerio Público ni ejercen órdenes de aprehensión; menos cuentan con órdenes de cateo para irrumpir en casas-habitación, como sucedió en la madrugada del domingo pasado.
¿Entonces, de qué “tormenta perfecta” estará hablando Chapur?
¿Cómo aceptar que la “vamos librando” cuando lo que cada día aumenta es el número de víctimas? ¿O será que, para el empresario, como para muchos otros prominentes quintanarroenses estas víctimas no tienen valor alguno?