Comenzamos el año con balazos en las avenidas principales de Cancún, un muerto, policías heridos… ¿a quién le importa? Inició la estadística de violencia.
En la madrugada de Año Nuevo una niñita, que jugaba en la calle de su casa, quitada de la pena, segura, tranquila, resultó gravemente herida por una de las balas dirigidas contra su vecino, un “hojalatero” que según su esposa “andaba en malos pasos”.
Mientras sigue en el hospital, donde nunca debió llegar, tenemos que comenzar a preguntarnos a quiénes les vamos a cargar esta responsabilidad.
La que ya llegó a nuestras vidas: Los daños colaterales.
Es decir, los muertos, los heridos, la destrucción de casas y comercios que resultan de los “ajustes de cuentas entre grupos criminales” como nos han venido diciendo.
Esta violencia que ya comenzó a invadir nuestras casas, nuestro entorno más inmediato, quiénes van a resultar responsables.
Contra quienes debemos dirigir nuestra ira, nuestra indignación más profunda.
No que sirva de mucho, pero es más saludable saber quiénes no han hecho su chamba. ¿Los militares? ¿Los marinos? ¿Los policías estatales? ¿Los policías municipales?
Con el inicio de año nos enteramos de que nos faltan muchos, pero muchos policías.
Que estamos en la lista de ausencias, que la estadística dice que estamos más que vulnerables.
Y, también, la buena noticia de que nuestros policías ya están bien pagados, o por lo menos estamos entre los Estados que pagan correctamente a sus policías.
¿Quién encabeza el tema de seguridad en Quintana Roo? Digo, más allá de lo formal.
Porque si las ejecuciones, entre ellas la que terminó con la niña herida, son entre criminales, narcotraficantes, es obvio que el tema es federal.
¿Cuántos policías federales, dependientes de la PGR, tenemos en la entidad?
Porque fueron muy eficientes para el asunto de las cajas de seguridad, pero no supimos en 2017 que detuviesen a los asesinos de los más de 200 crímenes que sucedieron en Cancún.
¿Y los soldados, los marinos, la gente que nos enviaron el año pasado del centro del país?
Comencemos con la policía municipal de Cancún. ¿Dónde ha estado cuando hay una ejecución, un asesinato?
¿Quiénes no siguen el “código rojo”, quiénes no detienen a los asesinos? ¿Por qué ninguna de las autoridades está enterada de quiénes son los asesinos, dónde se esconden?
Y las armas, es creíble que resulte tan sencillo, impune, circular con armas por Cancún…
Los daños colaterales se traducen en que maten a nuestros hijos. Y esa realidad ya comenzó.
¿A quiénes vamos a hacer responsables?
Es pregunta…