La Ciudad de México es la urbe que peor transporte público tiene, insuficiente, limitado, sin espacios. Sin embargo, tener automóvil resulta mucho más riesgoso.
De junio de 2018 al mismo mes de este año aumentó el robo de automóviles más del 6%. Esto se traduce en 10 mil 734 coches robados en la CDMX y 21 mil 259 en el vecino Estado de México.
Todavía se ponen peor los números: Seis de cada 10 robos son cometidos con violencia.
Estas cifras corresponden a los automóviles asegurados, así que debemos imaginar una estadística todavía mayor. Los ladrones tardan menos de dos minutos en robarse un vehículo estacionado, si son de modelo reciente. Los más antiguos se los llevan en menos de un minuto.
¿Por qué pueden robarse tantos vehículos? Por la protección de la policía. No hay ninguna otra explicación.
A esto debemos agregar la cifra de personas que han sido asesinadas al tratar de evitar el robo de su automóvil. Cuyo costo ha subido exponencialmente en años recientes. Pagar un automóvil equivale a miles y miles de días de salario.
El aumento en el precio de la gasolina hace todavía más complejo poseer un automóvil. La pregunta sin contestar es en qué te mueves. Los jóvenes han optado por utilizar bicicletas, solución no exenta de riesgos, que es inoperante para personas mayores o para quienes utilizan el automóvil para llevar a sus hijos a clases.
En Madrid, en París, en Nueva York a ninguno se le ocurre tomar el automóvil, tanto el Metro como autobuses te transportan a todos los lugares, con comodidad, aire acondicionado o calefacción y facilidad para abordarlo. Nosotros tenemos una capital que privilegia a los ricos que tienen chofer y escolta. Ellos sí que se trasladan sin preocupación.
La señora Sheinbaum no está haciendo nada por atender uno de los problemas más graves de la CDMX: el transporte.
Por lo tanto, quienes tienen automóvil y lo utilizan deben seguir expuestos a ser asaltados, o a que su vehículo sea robado del sitio donde lo estacionaron, y a no recuperarlo. Las aseguradoras solamente encuentran tres de cada 10 automóviles robados.
Sobra decir que el dinero que te entregan, hablamos de seguros, no te permite reponer tu vehículo.
Para muchos ciudadanos no queda sino cambiarse de Ciudad.
O esperar, con mucha paciencia, que la “Cuarta Transformación” llegue a la Ciudad capital. Que se construyan más líneas del metro, que se cambien las concesiones a autobuses para que sean limpios, con espacio, con asientos, con aire acondicionado. Y con choferes respetuosos, que sepan manejar.
¿Será mucho pedir?
Mientras tanto a juntar pesos para pagar el UBER… y mandar mensaje a tus conocidos para que sepan en que vehículo viajas, cruzando los dedos para llevar a salvo a tu destino.
¿Y la Sheinbaum? Supongo que, con su novio, el mismo de la facultad, el que dice haber “recuperado” por Facebook…