El gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín, es uno de los más contentos del país con la llegada de López Obrador a Los Pinos.
En comparación de las reticencias de otros gobernadores con la figura de un “Coordinador Estatal de Programas de Desarrollo”, Carlos Joaquín lo recibirá con los brazos abiertos. Por una razón muy simple: Ya saneó la Secretaría de Finanzas.
Es decir, en Quintana Roo no se hacen revolturas, para decirlo de una forma amable, con los dineros federales y estatales; no se “utilizan” los dineros etiquetados para un programa a capricho. Ese paso, que costará mucho esfuerzo en otras entidades, aquí ya se dio.
Y luego viene el anuncio del tren. Que será un inmenso detonador de desarrollo para el sur del estado, que permitirá traer mayor número de viajeros; pero sobre todo que dará una opción barata y segura para transportarse entre Cancún y Bacalar, es decir, Chetumal.
Ya no serán cuatro horas en carretera, con los riesgos de los turistas que no están acostumbrados a manejar, con los choferes de taxis que no saben manejar, con el gasto de vehículo y gasolina. Será tan sencillo como subirse en una estación y bajarse en otra.
Tal y como hacen, normalmente, los viajeros y los ciudadanos para transportarse en Europa.
El flujo de viajeros que se transportarán en el tren, habrá de cambiar la realidad de nuestro estado.
Si a eso le agregamos, quiero creer que va a suceder, que la Secretaría de Turismo federal va a cambiarse a Chetumal, tendremos un detonador de desarrollo mayor; habrá mayor número de vuelos, más demanda de casas habitación, de servicios, y sobre todo se incrementará el número de empleos para los locales.
Justo lo que han venido pidiendo a Carlos Joaquín.
Por lo que, no hay duda alguna, la reunión de este jueves con todos los gobernadores y López Obrador, tiene que haber sido una gozada para Carlos Joaquín.
Suerte tienen los que se levantan temprano, dice el refrán…
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