La señorita Marybel Villegas, tan consentida de Roberto Borge, se ha convertido en la defensora interesada de los taxistas, y cómo vil “porro” quiere reventar la consulta popular en Cancún que permitirá que entre UBER.
¿Por qué convertirse en protectora de las peores prácticas del poder político? Y de individuos que no pasarían un examen anti-droga, que han recibido dinero mal habido por estar al servicio de gobernadores nefastos…
Lo que pretende, vaya es que es hábil después de ser operadora de varios gobernadores, es aliarse con los taxistas para que sirvan como esquiroles en la elección. ¿A favor de López Obrador? Para nada, lo que siempre ha pretendido la señorita Villegas es su propio beneficio.
Asombra que sea candidata de MORENA porque, justamente representa las prácticas “mafiosas” de un sistema que Andrés Manuel pretende cambiar.
Me queda claro que no la conoce, que ninguno le ha explicado cuál es la realidad del Estado. Lo que es obvio porque el doctor Pech está al servicio de Félix González que, seguramente, también intentará operar el tema taxistas.
La entrada de UBER significa un cambio inmenso, a favor de la sociedad. El gobernador Carlos Joaquín ha sido más que hábil en abrir una consulta popular, método del que suele hablar a menudo López Obrador, para que la sociedad, que es víctima de los taxistas, sea quien decida. Y los taxistas se han puesto como locos en defensa de sus intereses, y si me apuran hasta del narcomenudeo al que muchos se dedican.
Marybel Villegas es muy hábil, se trata de una “manipuladora” mayor. Por eso su exigencia es que Carlos Joaquín saque las manos de la elección, cuando se trata del gobernador que menos las ha metido en toda la historia de Quintana Roo. Le visten sus expresiones porque vivimos una ausencia de oposición, porque el PRI no existe y no hay ninguno que le entre a la controversia.
Aquí la disyuntiva es simple. O apoyamos a la sociedad de Cancún, a quienes requieren de un servicio de transporte público eficiente, barato, limpio, confiable que no tienen actualmente, o apoyamos a una mafia alimentada por la peor corrupción del poder, es decir de los ex gobernadores.
¿Quiénes son los taxistas, quiénes son sus líderes? ¿Qué pueden aportar a la votación a favor de qué candidato? ¿Dónde está la legitimidad de su lucha? ¿De lado de quién queremos estar?
Por su parte el gobernador Carlos Joaquín ya respondió. Ya dijo que no le interesan los votos a favor de ningún candidato, que él no vino por votos. Más claro ni el agua. Corresponde a muchos miles de ciudadanos medir a quiénes defiende Marybel Villegas y decidir si quieren votar por ella.
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