La Fuerza de la Transformación – Formación política para servir al pueblo
POR JORGE SANÉN / GRUPO CANTÓN
Cuando hablamos de unidad en un movimiento como Morena, no nos referimos a uniformidad ni obediencia ciega. Nos referimos a algo más profundo: a la construcción colectiva de un proyecto que exige formación, compromiso y claridad de rumbo. Por eso celebramos que hoy se impulse, desde el partido, un diplomado nacional de formación política con enfoque territorial, donde se construye pensamiento, no consigna.
Este diplomado representa un esfuerzo serio para consolidar el segundo piso de la Cuarta Transformación. Porque transformar un país no se logra solamente desde las cúpulas ni en tiempos electorales: se logra con organización de base, con cuadros preparados, conscientes y arraigados en las causas populares.
Vivimos tiempos donde la exigencia ciudadana es mayor. Las redes, la inmediatez y los debates públicos demandan más que buenas intenciones. Necesitamos mujeres y hombres formados para defender con argumentos las grandes transformaciones que hemos alcanzado, pero también para corregir lo que aún falta. Y eso solo se logra si volvemos a las aulas, si nos escuchamos entre compañeros, si le damos valor a la reflexión y al estudio como herramientas de lucha.
La unidad no es un punto de llegada; es un proceso constante. Y se construye con ética, con diálogo, y sobre todo con formación política. No hay movimiento fuerte sin una militancia crítica. No hay futuro sin relevo generacional preparado. No hay continuidad de la transformación sin conciencia de clase.
Entendemos que servir al pueblo es una tarea que se aprende, se cultiva y se organiza. Este diplomado es prueba de ello. No es un acto simbólico: es una apuesta estratégica para que los nuevos liderazgos no repitan los errores del pasado, para que quienes representan al pueblo lo hagan con profundidad, con convicción y con conocimiento.
En cada espacio de formación se está sembrando futuro. En cada discusión política nacen respuestas colectivas. Y en cada compañero o compañera que decide estudiar, leer, prepararse y participar, se fortalece el corazón de nuestro movimiento.
Porque la verdadera unidad no se impone: se construye desde abajo y con el pueblo.
