Al parecer todos los empresarios, y más los ultra millonarios, tienen un poco de lo mismo, me refiero al cinismo.
Tomemos por ejemplo a Ricardo Salinas que, con tal de no cubrir los impuestos requeridos, ha iniciado litigios interminables y ahora, cínicamente, se dice “perseguido por el régimen”; desafortunadamente no es el único, de los 24 multimillonarios creados por el gobierno de Carlos Salinas, todos o casi todos han aprendido bien que las fortunas no se conservan con “buen nombre” sino con el salvajismo neoliberal.
Uno de los pocos que se cuecen aparte y que su fortuna no se vio favorecida por las bendiciones salinistas es la de Fernando Chico Pardo, actual postor firme para una parte de Banamex, al que ya se le ha unido Grupo México de Germán Larrea (uno de los favoritos del salinismo) quien ya ha dicho que comprará el 100% y que “como acto de buena fe”, ofrecerá una participación menor a Chico Pardo, aunque Citi, actual poseedora de Banamex, no ha confirmado la participación de Grupo México.
En el sexenio anterior, se anunció que Citi cambiaría su modelo en México y que pondría a la venta Banamex, el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador expresó su deseo de que las acciones quedaran en México debido al acervo cultural que posee Banamex que consta de arte mexicano, arte popular mexicano e iberoamericano, documentos virreinales, libros y catálogos de interés histórico que, sin embargo, la oferta y casi imposición de Grupo México tendría que ser tomada en cuenta bajo una lupa muy cuidadosa.
Conocemos a Grupo México, empresa del segundo hombre más rico del país, Germán Larrea, como la gran depredadora; su división minera y de transportes, aprovechó las “facilidades” de gobiernos anteriores para evadir impuestos y comprar jueces y políticos; el empresario omiso ante el estallido de Pasta de Conchos, represor de huelgas (Cananea Zacatecas y Guerrero), con demandas en Estados Unidos y Perú por violación de contrato y el peor desastre ocurrido en 2009, la contaminación de los ríos Sonora y Bacanuchi con una multa y daños que aún se “están discutiendo”, mientras la población local ya presenta severas afectaciones en su salud.
Empresas como ésta no deberían estar en la lista de postulantes para otras más, la presidenta tendrá en todo caso la última palabra al respecto, espero que lo piense bien en darle el “sí”.