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noviembre 24, 2024

Entre Números

¿Por qué es importante que haya mujeres legislando?

Ésta es una ocasión especial porque a partir del día de hoy “Entre números” podrá ser leída en todos los medios de Grupo Cantón en el sureste y centro del país, por lo que quiero iniciar mi columna haciendo un cálido y profundo agradecimiento a Don Miguel Cantón Zetina, Director de este gran equipo por brindarme este espacio. Estimado Miguel, tu amiga y paisana se siente muy honrada y arropada, estoy convencida de que juntos continuaremos incidiendo para bien de los lectores de nuestro país, compartiendo ideas, información crítica y de alto nivel, pero sobretodo y lo más importante, muy cercana a la gente y con ello, motivaremos a nuestras amigas y amigos a seguir consolidando el México que sí es posible, un México incluyente y bien informado.

Ahora bien, el Congreso es, por excelencia, el espacio donde está representada la pluralidad de visiones y puntos de vista que habitan y conviven en nuestro país. Es, o debería ser, la casa de los acuerdos, donde se privilegian las coincidencias por encima de las diferencias. Lo anterior, con el fin de contribuir a generar soluciones incluyentes y de largo alcance a los problemas que aquejan a nuestro país.

El Poder Legislativo no es sólo un órgano de deliberación; también es un espacio en el cual, mediante la creación de leyes, se toman decisiones y se diseñan políticas públicas, sin dejar de mencionar que también es donde se define el presupuesto, que es lo que fija rumbo y prioridades de un gobierno.

En suma, lo que sucede o deja de suceder en el Congreso, tiene grandes implicaciones de cara a los desafíos nacionales, muchos de los cuales, están relacionados con los derechos de nosotras, las mujeres.

Me refiero a obstáculos que enfrentamos en el día a día y que van desde la violencia de género (el 66% de las mujeres de 15 años ha sufrido al menos un incidente de violencia en su vida) o la injusta brecha salarial (una mexicana suele ganar 30% menos que un mexicano por el mismo trabajo), hasta la enorme desigualdad en el acceso a oportunidades (¿en cuántas familias no persiste la idea de que sólo el niño siga estudiando, porque la niña se va a casar y atender el hogar?), y en las organizaciones, las mujeres están predestinadas a puestos de nivel medio o secretariales, o las limitaciones a su participación en la vida pública.

En este último punto, hay que reconocer que, gracias a la reforma político-electoral impulsada por el Presidente Enrique Peña Nieto, hoy a nivel federal hay más mujeres legisladoras que nunca antes, lo cierto es que esta transformación aún debe llegar a cada rincón del territorio.

No se debe perder de vista que las limitaciones al desarrollo de las mujeres, son limitaciones al desarrollo del país, y que México solo puede desplegar todo su potencial económico, en la medida en que lo pueda hacer el 52% de la población, conformado por nosotras, las mexicanas. Las mujeres somos, en muchísimos casos, el sostén de nuestras familias, comunidades y espacios de trabajo, aportamos parte de una visión que enriquece, y por tanto, necesitamos que nuestra voz y experiencia se refleje en los distintos ámbitos económicos, y sobre todo políticos.

Al respecto, la evidencia a nivel nacional e internacional es muy clara: cuando podemos actuar con libertad, ejercer nuestros derechos, emprender, opinar y participar en la toma de decisiones, entonces se genera mayor prosperidad en la sociedad.

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Pero para que ello sea posible, hay que vencer muchos obstáculos que en México aún tenemos. Concretamente, hay que vencer prácticas y estigmas que limitan nuestra contribución al bienestar social. Se trata de una tarea de Estado, que no acepta demagogias, voluntarismos, ni decisiones unipersonales. Y en la que, por sobre todo, el Poder Legislativo está llamado a jugar un papel clave.

Por eso el Congreso debe estar integrado por más mujeres preparadas, que hayamos vivido en carne propia la desigualdad, y que tengamos la claridad conceptual, la capacidad técnica y la voluntad política para convocar a la suma de esfuerzos y el diseño de políticas y programas incluyentes que contribuyan a vencer las barreras de género, que no son otra cosa sino barreras al progreso de México.

¡Hasta nuestro próximo encuentro!

*Expresidenta de la Federación de Colegios de Economistas de la República Mexicana, A.C. Sígueme en Twitter @PerezSoraya

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