Por primera vez en la historia, Quintana Roo alcanza calificación crediticia “A”, un logro que no es retórico: significa confianza de los mercados, menores tasas de interés y acceso a financiamiento que antes parecía utópico. Este avance, fruto del orden financiero impulsado por la gobernadora Mara Lezama, abre la puerta a transformar la realidad económica y social del estado.
¿Qué implica en hechos concretos? El gobierno podría detonar proyectos estratégicos: plantas de desalinización y tratamiento de agua para enfrentar la presión demográfica; infraestructura logística conectando al Tren Maya con aeropuertos y puertos; y parques industriales en Chetumal y Cancún que diversifiquen la economía más allá del turismo. Con la nueva calificación, el costo de financiamiento de estas obras podría bajar entre 1.5 y 2 puntos porcentuales, lo que significa cientos de millones de pesos de ahorro en el largo plazo.
Para el empresariado, esta calificación es también un pasaporte. Hoteles medianos pueden acceder a créditos internacionales para instalar paneles solares; empresas logísticas pueden financiar flotas verdes con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo; agroindustrias pueden levantar capital para exportar a Centroamérica con respaldo del Banco Mundial. Incluso las ONGs podrán apalancar proyectos de resiliencia climática en alianza con la CAF o fundaciones internacionales, al amparo de la buena reputación financiera del estado.
La calificación “A” no es un diploma colgado en la pared: es una llave que, bien usada, puede transformar a Quintana Roo en un polo logístico, turístico, social y ambiental de talla global. El reto está en que gobierno, empresarios y sociedad civil se atrevan a girar esa llave al mismo tiempo.
¡Hasta la próxima semana, con nuevos retos y oportunidades!
Sin miedo a la cima, porque el éxito ya lo tenemo
For the first time in history, Quintana Roo has achieved an “A” credit rating—a milestone that is far from symbolic. It means market confidence, lower interest rates, and access to financing that once seemed unreachable. This achievement, driven by the financial discipline of Governor Mara Lezama, opens the door to transform the state’s economic and social reality.
What does it mean in practice? The government can now unlock strategic projects: desalination and water treatment plants to address demographic pressure; logistics infrastructure connecting the Maya Train with airports and seaports; and industrial parks in Chetumal and Cancún that diversify the economy beyond tourism. With this rating, the cost of financing such works could drop by 1.5 to 2 percentage points, representing hundreds of millions of pesos in long-term savings.
For the business sector, the rating is also a passport. Mid-sized hotels can secure international loans to install solar panels; logistics companies can finance green fleets with support from the Inter-American Development Bank; agro-industries can raise capital to export to Central America with backing from the World Bank. Even NGOs can leverage the state’s strong reputation to co-finance climate resilience projects with the CAF or global foundations.
The “A” rating is not a certificate to frame on the wall—it is a key. And if used wisely, it can turn Quintana Roo into a global hub for logistics, tourism, social progress, and environmental leadership. The challenge is for government, entrepreneurs, and civil society to dare to turn that key together.
Until next week, with new challenges and opportunities!
Fearlessly reaching the top, because we already have success.
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