No cumplía ni 24 horas la presentación de
los partidos PRI, PAN,
PRD y un conjunto de (membretes) organizaciones de la sociedad civil que anunciaba la construcción del Frente Amplio por México y la elección de su “Responsable Nacional” (candidato presidencial)
de ese frente, camino a las elecciones presidenciales de 2024; así mismo la creación de un “Consejo Electoral Ciudadano” (algo así como un mini-INE, su particular mini-INE) responsable de
la potencial consulta para dicha elección interna que se derrumbó una parte medular de este Frente.
Si, el consejo responsable de la selección del candidato presidencial, se auto disolvió. Los integrantes
de dicho consejo efímero fueron o eran; Leonardo Valdés Zurita, Mariclaire Acosta, Sergio Aguayo, María del Carmen Alanís, Marco Antonio Baños, Teresa González Luna, María Elena Morera,
Arturo Sánchez, Guillermo Sheridan, Rodrigo Morales
y Rosa M. Mirón Lince. En un supuesto controvertible son personas “intelectuales” con experiencia electoral
en el pasado reciente, si
de corrupción y fraudes electorales, intelectuales orgánicos de la oligarquía que justificaron teóricamente los triunfos
de las décadas recientes; si contaban con un ápice de prestigio, lo están perdiendo, ser apadrinados por Claudio X González y Vicente Fox hoy no representa ni ser demócrata, ni ser nacionalista, ni mucho menos tener amor por México.
Aquí el gran factor
de poder es el jefe de la oligarquía autóctona
Claudio X. cuyo enjambre de financiamiento empresarial le dan acceso al dinero necesario para comprar conciencias a conveniencia, el escenario no pudo ser mejor para anunciar el lanzamiento de su Frente Amplio Opositor pero
nace muerto, su principal herramienta de selección salió en las primeras 24 horas cuando comenzó a percibir que se trataba de un montaje para simular el surgimiento de su candidato, su papel era meramente de imagen. La pasarela sin embrago sirvió para exhibir a los aspirantes –las cartas se abrieron- el Frente tiene a; Juan Carlos Romero Hicks, Enrique de
la Madrid, Xóchitl Gálvez, Lilly Téllez, Silvano Aureoles, Santiago Creel, Claudia
Ruiz Massieu, Beatriz Paredes, Ildefonso Guajardo, Alejandro Murat, Gustavo de Hoyos, Gabriel Quadri y José Ángel Gurría; aunque hasta podría entrar en esta lista Alito Moreno y Francisco Javier Cabeza de Vaca.
Lista variopinta autóctona, pluri contradictoria,
“ultra mega ciudadana”
pero cada aspirante carga con una larga extensión o apéndice de antecedentes
de corrupción, tráfico de influencias, enriquecimiento inexplicable, en fin; representación de todos
los antecedentes que los ciudadanos detestan y no quiere que regresen. Y
las pruebas no se pueden soslayar: encuestas recientes de María de las Heras, en vivienda señalan solo 9% de encuestados
se identifican con el PRI; 9% con el PAN; y 2% con el PRD; en un supuesto ideal los tres sumarían no más del 20%.
Según esa misma encuesta reciente el presidente López Obrador cuenta con el 77% de aprobación, es decir 8
de cada 10 ciudadanos mexicanos lo avala.
Gradualmente, pausadamente se irán auto eliminando, saliendo del frente, su fracaso está anunciado; cada día que pasa su autodestrucción sigue; hace unos minutos por ejemplo Lilly Téllez descalifica el proceso de @ VaPorMexico informa que no se inscribirá, menciona a “oligarcas del viejo régimen”, “clientelismo partidista o corporativo”
y asegura que el resultado no dependerá de tu voto sino de “quienes movilizan ciudadanos”. El engendro putrefacto desde la esencia se desmorona.
La oposición está apostando por Xochitl Gálvez en un artilugio para finalmente optar por Gustavo de Hoyos,
el empleado más fiel de Claudio X González o por Santiago Creel.