- Militares políticamente opinantes
- Sheinbaum, ya tan mediática
- Izquierdas en Sudamérica
Rsesonaron las palabras pronunciadas por el general Luis Cresencio Sandoval González en el marco de la conmemoración de la Revolución Mexicana: “Como mexicanos es necesario estar unidos en el proyecto de nación que está en marcha” (https://bit.ly/3HGoSqA )./
Y, si algún hipotético interlocutor le hubiera preguntado al titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) por qué debería practicarse tal unidad en torno a un plan o programa conocido como Cuarta Transformación, bastaría con atender lo que explicó enseguida, ante el presidente de la República y parte de su gabinete: “porque lejos de las diferencias de pensamiento que pudieran existir nos une la historia, el amor por la tierra que nos vio nacer y la convicción de que sólo trabajando en un mismo objetivo podremos hacer la realidad de México, esta realidad que cada día sea más prometedora”./
Ya Salvador Cienfuegos Zepeda se había aventurado en el terreno del discurso político durante la administración de Enrique Peña Nieto, al presionar a las autoridades civiles, en particular a los miembros del congreso federal, para que dieran un marco de legalidad a las acciones militares en terrenos civiles, sobre todo en el “combate” al crimen organizado./
El propio secretario actual de la Marina, José Rafael Ojeda Durán, había dicho en mayo de este año, en la Mañanera, al referirse a decomisos de material estupefaciente, y otros rubros del narcotráfico, que no había mucha “ayuda” de jueces y ministerios públicos para avanzar en procesos contra infractores; “hay muchos casos que hasta pena nos da que actúen de esa manera, que parece ser que el enemigo lo tenemos en el Poder Judicial y tenemos que cerrar bien ese círculo para poder llevar a cabo la detención” (https://bit.ly/3xag9If)./
Días después de tales pronunciamientos, el almirante Ojeda pidió ser disculpado por “quien se lo merezca” del Poder Judicial Federal. Pero, el 26 de julio del año en curso, también ante el presidente de la República, el mismo almirante secretario dijo en Veracruz (su tierra natal, a la que podría aspirar a gobernar a nombre de Morena): “La gran diferencia entre nosotros y muchas otras instituciones es que nosotros no podemos darnos el lujo de tener malos elementos (…) Y déjenme decirles, porque es algo muy cierto: México carece de servidores públicos honestos. Por eso tenemos este problema de una alta corrupción” (https://bit.ly/30Nqmid )./
A la incidencia marina en la retórica política se ha sumado ahora el cada vez más poderoso general secretario Sandoval. En adelantados tiempos de debate civil enconado (INE, revocación de mandato, reforma eléctrica, 2024, por dar ejemplos) ha hecho una impropia exhortación a los ciudadanos a unirse, o cerrar filas, en torno a un proyecto cuya promoción no corresponde, en todo caso, a la voz castrense, mucho menos un imperativo unitario./
Las filiaciones partidistas o la adhesión ideológica al proyecto gubernamental en turno no deben impedir que se advierta la gravedad de la injerencia militar en asuntos políticos correspondientes al ámbito civil. En México, más que nunca en su historia postrevolucionaria, se expanden la presencia y el poder militares./
A menos que la intención sea instalar la idea de que ya hay una decisión tomada respecto a la sucesión presidencial de 2024, poco oportuna y redituable parece la aparición de Claudia Sheinbaum en la portada de El País Semanal (publicación del Grupo Prisa, con sede en Madrid, que cuenta con el diario El País y sus ediciones internacionales). Además de sus recientes viajes a otras entidades federativas, con aire de proselitismo, la jefa del gobierno capitalino ha escrito un artículo para The Economist y ha dado una entrevista a la BBC./
Y, mientras las izquierdas mexicanas mantienen la vista hacia lo que va sucediendo electoralmente en el sur del continente: antes Argentina y, ahora, Venezuela y sobre todo Chile ¡hasta mañana!