En México existen niños con cáncer que seguramente no están teniendo a tiempo y completos sus medicamentos.
Cuántos son, exactamente, no se sabe. Pueden ser pocos o muchos, pero si es lo primero, no demerita el legítimo reclamo de los padres.
Sin embargo, es importante saberlo para contrastar.
Si los pequeños en esa situación suman miles, podría entenderse la dificultad para obtener los fármacos.
En cambio, si no son tantos, y aun así no los pueden conseguir, hablaríamos de una gigantesca ineptitud.
Otra cosa.
Bueno… Hugo López Gatell armó una revolución al decir en televisión que la narrativa sobre el desabasto se ha utilizado en Latinoamérica con fines “golpistas”.
Una clara desmesura usada por los enemigos del presidente y de la 4T para exagerar también lo dicho por él.
Claro que se politiza el tema para -sí- golpear al gobierno y a MORENA, aunque presentarlo como una conspiración internacional de derecha para derrocar a AMLO, es de locos.
Desde esa óptica, es justificada la crítica de los adversarios del régimen.
Se equivocan, sin embargo, en la dirección en qué lo exhiben.
No lo pueden atacar por afirmar aquello tomándolo como si fuera el viejo Reyes Heroles, Churchill o secretario de Gobernación.
Se le debe condenar porque como médico, científico y subsecretario, aborda asuntos que no le incumben en el ámbito de su competencia, y de los que improbablemente sabe.
Si quiere ser político, que renuncie a su cargo en Salud para ocupar otro en Bucareli o el partido guinda, y entonces sí que denuncie conjuras continentales y se pelee a diario con los fifí y conservadores.
Casi sería su chamba.
La de hoy es contener al COVID-19, y ha fracasado.
Y DE MAÑANA…
EN QUINTANA ROO, uno de los 5 estados en naranja en el semáforo epidemiológico, y al que según la OPS ya llegó la variable india Delta, el gobernador Carlos Joaquín González, al tiempo que llama a la gente a evitar aglomeraciones, acudió a una cena en Chetumal con ¡150!…
