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noviembre 21, 2024

Por Georges Goubert Panini

Voces

El capitalismo y el fascismo son hermanos

El concepto de “fascismo” fue introducido por el filósofo italiano Giovanni Gentile quien dijo que el fascismo debería llamarse más bien corporativismo, porque es una fusión del poder estatal y corporativo. 

La verdad es que todo fascismo está profundamente arraigado en filósofos y pensadores de izquierda. Mussolini fue un socialista de toda la vida, un miembro del partido que admiraba mucho a Karl Marx. Adolfo Hitler también era socialista y admirador de Karl Marx. En realidad, es difícil encontrar dónde difieren realmente Marx, los comunistas y los fascistas. En el Manifiesto Comunista, Marx afirma: Que las diferencias nacionales y los antagonismos entre los pueblos ya tienden a desaparecer cada vez más, debido al desarrollo de la burguesía, el surgimiento del libre comercio y un mercado global y la creciente estandarización de los procesos industriales. Hay muy poca diferencia entre la izquierda política y los fascistas. El Nuevo Fascismo se llama capitalismo, en el Foro Económico Mundial, Klaus Schwab quiere establecer “El gran reinicio” y él piensa que solo el miedo y la desesperación generalizados tienen que existir o ser fabricados y para que esto exista, son las corporaciones las que digan al público, junto con los gobiernos que hacer. Y usarán su poder para castigar a las personas que no están de acuerdo. Los globalistas nos culparán de todo dirán que nosotros provocamos todo este derrumbe mundial. Solo abre tus ojos a los negocios de hoy. Como Big Farma o Big Tech como Twitter y Facebook, como grandes bancos como Blackrock o organizaciones sin fines de lucro globalistas como la Fundación Rockefeller y qué decir de la ONU e incluso líderes religiosos como el Papa Francisco. Los objetivos son establecer una plataforma única para gobernar el mundo.

Los conspiracionistas de hoy son  las grandes empresas se llama “los guardianes”.

No nos dejemos comer, juntos digamos No: Lo que importa es que los globalistas de arriba paguen el precio del daño que causan. Solo cuando se corta la cabeza de la serpiente podemos determinar quién tiene la culpa, quiénes fueron los héroes o los villanos. Solo entonces podremos reconstruir gracias a la verdad la libertad.

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