POR MARCO ANTONIO TOH EUAN
“¿Tú qué sabes del amor si nunca te han besado?” “Mientras tú vas, yo ya regresé”; “porque lo digo yo: Estas ideas inveteradas van por lo general, acompañadas de vivencias que romantizan el maltrato infantil y familiar legitimando violencias sistemáticas e institucionales , sobre todo cuando cuestionamos: ¿me importa qué quieren/piensan las niñas y los niños?
Por ello, quisiera visibilizar el derecho humano de participar y ser escuchado de niñas, niños y adolescentes y cómo la violación a este derecho tiene una fuerte carga adultocéntrica (que sólo importan las opiniones de la gente adulta); violenta paternalista (cargada de estereotipos que minimizan y discriminan las ideas y opiniones de infantes); y sobre protectora (pensando que todo es para su beneficio sin consulta o idea que medie lo contrario). Obviando aspectos sustanciales en la aplicación de las políticas públicas a su favor: ¿Es lo que quieren? ¿Funciona? ¿Recogemos la realidad de su sentir?
El Comité de Expertos de la Convención Universal de los Derechos de la Niñez detalla la participación del infante como derecho y como principio, de tal forma que resulta y debe ser apreciado como un término para describir procesos permanentes; como intercambio de información y diálogos entre infantes y mayores tomando en cuenta con el mismo valor su voz e ideas y, sobre todo, lo que estos procesos determinan.