¿Por qué los globalistas tienen una obsesión profundamente arraigada con la inteligencia artificial (IA)?¿Se trata solo de lo que la IA puede hacer por ellos y su programa, o también hay un elemento “oculto” más oscuro en el concepto que es tan atractivo?
El Foro Económico Mundial, una organización dedicada a la agenda globalista del “Gran Reinicio”, la Cuarta Revolución Industrial y la “economía compartida”, dedica gran parte de su reunión anual en Davos, Suiza, a discusiones sobre IA y la expansión de su influencia en la vida diaria.
Las Naciones Unidas llevan a cabo sesiones de políticas en profundidad sobre la IA y dedican una energía considerable a establecer “reglas éticas” para el desarrollo y uso de la inteligencia artificial.
La ONU está calificada para dictar y controlar las tecnologías de IA, por el bien de toda la humanidad, por supuesto. Según los libros blancos de la ONU, la gobernanza de la IA debería ser plenamente efectiva para 2030 (todas las instituciones globalistas han fijado 2030 como fecha límite para todos sus proyectos).
Otra organización menos conocida el WGS pero importante es la Cumbre Mundial de Gobiernos que se celebra anualmente en Dubái. Muchos líderes y representantes nacionales, así como directores ejecutivos corporativos y celebridades, asisten a estas cumbres. Los temas principales discutidos durante el WGS suelen ser la propaganda del cambio climático, la centralización de la economía global, el transhumanismo y la IA.
Los grandes avances que traerá la tecnología de IA. Entre estos “beneficios” se encuentran las modificaciones de salud transhumanistas, los implantes de computadora en el cuerpo o el cerebro, para modificar nuestras propias células. En otras palabras, para beneficiarnos de la IA, debemos volvernos menos humanos y más máquinas.
Algún día la inteligencia artificial se utilizará para gobernar
Los gobiernos y las élites empresariales quieren poder monitorear cada vatio de energía que usa todos los días ¿quién programa la IA? ¿Quién puede dictar su codificación?
Y es aquí donde llegamos al elemento más “espiritual” de la cuestión de la IA.
¿Podemos imaginar que cada decisión, sería administrada por IA.