La migración es parte de nuestra decencia nómada. Durante muchos años los seres humanos se han distinguido por buscar un mejor estilo de vida. En la actualidad la migración ha sido establecido como un derecho humano de cual todos gozamos, pero, hay que leer las letras chiquitas. Todos podemos migrar siempre y cuando (inserte requisito).
La migración es un tema complejo dónde los más afectados siempre son las personas de escasos recursos. La pobreza, el crimen, la destrucción y la guerra han sido las principales razones que causan la migración. En este mundo globalizado se han establecido reglas y condiciones para que la gente pueda cambiar de país a país. Todos podemos viajar, pero no todos podemos migrar.
Desde hace unos años, se han empezado a generar caravanas migrantes. Personas que buscan la seguridad en grupo con la meta de llegar a los Estados Unidos. Estas caravanas viajan cientos de kilómetros con mujeres, niños, enfermos y sin documentos. Esto último es un arma de doble filo.
El efecto que genera esta entrada sin control da paso a dos grandes grupos: el necesitado y el delincuente. Ambos buscan salir de su país, pero tienen metas diferentes. Las personas que realmente necesitan salir del país van con la meta de sacar a sus hijos o familias de situaciones casi impensables. Los delincuentes tratan de huir de las autoridades o de otros grupos delincuenciales. Lo lamentable es que no sabemos quien es quien en este movimiento.
Leyendo un poco el futuro puedo decir que solo el 1% de las caravanas van a llegar a su objetivo mientras que el otro 99% se quedará en México o va a ser deportado a su país de origen. Los migrantes que se quedan en país van a sufrir tanto por el mismo sistema que no permite que trabajen como de los grupos delincuenciales que ven a los migrantes como soldados, burros o piezas para vender.
Los que piense que al dejarlos pasar al país es una ayuda, lo invito a visitar la frontera norte, dónde hay cientos o miles de inmigrantes viviendo entre la basura y la calle. Todo esto sin que algunos migrantes, ante la desesperación van a caer en la tentación del crimen.
Hace muchos años un compañero rescatista me dijo: hay que entender que a veces, no puedes salvar a todos.