Fueron días largos de salidas en campo, me sentía muy cansada pero con mucho ánimo porque conocí e hice actividades que nunca pensé realizar.
Llevo 12 años viviendo en Cancún, llegué de Querétaro sin saber que tenemos el Sistema Arrecifal Mesoamericano, una de las barreras de coral más largas; sin entender lo que era un mangle, ni siquiera cómo lucía; pensando que lo único que puedes hacer en la Riviera Maya, es visitar la playa.
Esa semana de las que les platico ,estuve yendo a Playa del Carmen cada dos días, en donde tuve acercamiento con proyectos de investigadores y científicos dedicados a la conservación.
En el último día, terminé mi jornada visitando a mi hermana, contándole lo que había hecho. Habiendo analizado lo aprendido, tuve un vómito verbal, de esos que te llegan como un relámpago creativo: “la ciencia crea consciencia”.
Cuando pronuncié estas palabras nos volteamos a ver y sonreímos, me di cuenta que acercarme a la ciencia cambió mi vida y la perspectiva que tengo sobre el mundo en el que estamos parados.
Me di cuenta que la ciencia hizo que Ximenita, una niña de 6 años, se apasionara tanto, que a su corta edad, sabe más de murciélagos que muchos adultos; esa misma ciencia hizo que talismán, Ana Pau, Isa, Erick, y mucho niños dediquen sus ratos libres a enseñarles a los demás las maravillas de las cuevas y lo importante que es cuidarlas.
Esa misma ciencia que me enseñó a valorar un árbol y a entender que sin ellos no hay selva, sin selva no hay cenotes, sin cenotes no hay arrecife y sin arrecife no hay un Cancún.
Aprender, conocer, salir y explorar, cambia personas, mismas que pueden cambiar el mundo.
La ciencia crea consciencia, la educación soluciona problemas, y eso es lo que más nos hace falta en este país.
En estos textos, trato con todas mis fuerzas de acercarte a la ciencia de una manera entretenida, para que conozcas lo que he podido conocer con ella, misma que motiva cada video, cada reportaje, incluso cada plática que tengo la oportunidad de dar.
Creo que todos podemos cambiar nuestras vidas, solo falta que más allá de leer, te acerques a aprender, a ver con tus ojos el suelo tan grandioso en el que estamos parados, el cual necesita muchas voces que lo aprendan a cuidar.
