Por Georges Goubert Panini
En 2030 será la dictadura de la salud y el gran colapso occidental. La escasez será terrible y afectará al mundo entero. Miran no más como se duplicó el precio de las viviendas y los autos de segunda mano en dos años, preste atención a la implementación de pasaportes de vacunas y controles digitales para todos los viajeros de todo el mundo y los comprobantes de vacunas que te están exigiendo. Pronto es el final de los vehículos de motor que funcionan con combustibles fósiles y la transición a energías verdes es un objetivo de carbono cero, espérense ser más pobre porque todo va a ser muy caro. También espera un alto desempleo, un crecimiento en picada, y será mejor aprender a andar en bicicleta. También necesitamos planificar el fin de los refrigeradores, congeladores y aire acondicionado para 2030, en nombre de algo llamado SEAD, Implementación de equipos y electrodomésticos súper eficientes, vamos a retroceder a la década de 1950, o la falta de refrigeración y congelación lo que implica la intoxicación alimentaria, y si vive en áreas calientes, esperen sudar. Sin energía, simplemente no hay economía. Cuando tenemos menos energía, hacemos menos de todo. En verdad, ya somos pobres y ya tenemos escasez. Ya no creo que acabará todo eso en dictadura. Lo intentarán, nuestros títeres dirigentes pero primero tendremos un colapso.
Por tanto, el mundo se hundirá en la inteligencia artificial y en la etapa final de la idiotez. La completa automatización del globo terrestre, el objetivo perseguido por el Gran Reinicio, será de hecho la gran disfunción generalizada y la gran desorganización metódica de la vida en la Tierra. Entraremos en el reino del colapso sistémico en un aburrimiento en tecnología. La situación es catastrófica. Nos arriesgamos a presenciar un colapso energético, económico y social de varios países occidentales. La solución: Es regresar a nuestra identidad y poner en adelante nuestro Patriotismo el que hace que nos somos mexicanos por nada. No somos ciudadanos del mundo, somos mexicanos y vivimos en el mundo no es el que nos manda. No nos dejamos mandar por nadie. Resistir es nuestro deber. Basta de someternos a los dictámenes mundialistas. Digamos NO.