El problema de gritar “ahí viene el lobo” tantas veces, sin sentido, sin coherencia, sin argumentos reales y verídicos, es decir lógicos, es lo que hace que se conviertan en una caricatura de lo que quisieran ser; Ciro Gómez Leyva presentador de noticias estelar de un grupo de televisión privado, Grupo Imagen, señala de haber sufrido un atentado a 200 metros de su casa y luego de salir de su centro de trabajo, colonia Florida de la Álvaro Obregón, como evidencia existen las balas capturadas en la carrocería de su camioneta blindada, atentado que fraguaron desde un vehículo y una motocicleta negros, varios impactos de bala y dispersión de los sicarios.
Más adelante Ciro aclararía que la camioneta blindada se la proporcionó la empresa hace cuatro años, cuando realizó un reportaje sobre los penales y tuvo amenazas directas, otra información que trasciende es el haber criticado las mañanitas a la virgen por parte de personajes no de la simpatía del locutor; otros posible venganza de asuntos del pasado, en fin.
Si el blindaje de la camioneta lo protegió que bien, para eso es, sin embargo sabemos que la eficacia de sicarios armados con preparación previa generalmente es efectiva, en éste caso no lo fue y más parece un circo mediático para elevar el –demeritado- raiting de éste locutor.
Según sus propias palabras Gómez Leyva dice; ““Arranqué con las manos temblando, bien a bien no sabía qué hacer. Había llegado a la esquina de la calle de Olivo y en vez de seguir de frente hacia mi casa, di vuelta a la izquierda, no sé por qué, me di cuenta que el coche no jalaba bien (…) Recordé que a 200 metros adelante vive un vecino queridísimo, Manlio Fabio Beltrones. Y con lo que pude llegué a su privada (…) Por fortuna estaba Manlio en su casa, de inmediato nos comunicamos con las autoridades”.
La narrativa peliculesca abona a la valentía y entereza del comunicador que se presentó a trabajar a la mañana siguiente a las 7:00 am en la radio, no obstante la agresión se dio a las 23:10 horas.
Lo triste y lamentable es que tantas mentiras y verdades a medias que ya nos ha recetado este mismo locutor por la radio y televisión que hoy nadie le cree si efectivamente se frustró el atentado o se trata de un autoatentado.
Hoy le toca recoger lo que ha sembrado a lo largo de los años recientes; nula credibilidad.
