No tienen gente suficiente en relación al padrón electoral; carecen de formación ideológica básica; carecen de discurso avalado por la historia; sin embargo cuentan con todos los columnistas en medios nacionales tradicionales como Milenio, El Universal, Reforma, Excélsior, etc. y medios de radio y televisión con cobertura nacional; Televisa, Azteca, Grupo Fórmula Imagen, Centro, etc. Cuentan también con mucho odio visceral y antipatía que los obnubila.
Leo artículos de estos medios y es patético el análisis cargado de falsedades, verdades a medias y contradicciones, lo único argumentado con coherencia es al encono hacia una sola imagen, una sola persona, si, una sola fuente; Andrés
Manuel López Obrador. Desde hace tiempo decidí no hacerles publicidad ni promoción, pues no la necesitan son por todos conocidos, y en esta ocasión la marcha del domingo 27 acrecentó su furia.
Es tan patética su postura que cuando ya no encuentran más seudo argumentos van contra el equipo; a Jenaro Villamil, presidente del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano le critican por la cobertura de la marcha 27N –curioso- ninguno de estos medios dan cobertura a los actos de gobierno, a las medidas, a las declaraciones sobre avances en la atención al pueblo, -salvo para denostar-, ese es su juego, esa es su pasión.
Con una oposición lidereada “ideológica” o “conceptualmente” por estos comentaristas, articulistas y columnistas el movimiento de masas del lopezobradorismo tiene previsible una muy larga vida, sin dificultad el 2024 será una parada ganada.
Sin embargo, la consolidación del humanismo mexicano que arraiga el pensamiento obradorista requiere aún de mucho apoyo y difusión desde abajo. Es muy lamentable que hoy todos los avances que ésta administración esta teniendo a diario no se difunda lo suficiente en cobertura nacional, en lo personal es un punto que carece de atención.
Si bien en cierto que hay periodistas regionales y locales dispersos que empujan el elefante reumático, no son suficiente para enfrentar el “periodismo” vil y retrógrado del que habla en presidente Andrés Manuel López Obador a menudo.
