Eso de la inteligencia nunca se les ha dado, simularon todo el tiempo, pero, contaban con el control de la opinión pública por medio de su televisión, radio y periódicos, entonces eran los “líderes de opinión”. El mundo cambió.
Quizá hoy sean los más representativos; Joaquín López Dóriga, Raymundo Riva Palacio, Ricardo Alemán, Guadalupe Loaeza, y Beatriz Pagés, no necesitan presentación. La prueba aquí está, sobresalen sus mismos textos en un ensamble coordinado que envidiaría Ray Conniff.
Sin embargo, ha rebasado todos los límites razonables y plantean una hipótesis que abre un sendero siniestro deleznable. Plantear la posibilidad de un atentado a un aspirante a la candidatura presidencial y considerar la responsabilidad de López Obrador; desear la muerte a Xóchitl Gálvez por el desplome de su candidatura y el rechazo popular que ha generado en las calles es un despropósito muy peligroso.
La desesperación jamás es una buena consejera. La teoría de otro magnicidio en ese aspecto solo los beneficiaría a los opositores, cualquiera de los grupos. Si bien es cierto que Dóriga, Raymundo, Alemán y Pagés forman parte del grupo
de Claudio X González la idea genial que se les ocurrió podría tener efectos indirectos o colaterales para su ejecución, es decir, el brazo ejecutor de éste atentado podría provenir de otro grupo que se vería beneficiado ante el enrarecimiento y caos generado, en cuanto al proceso electoral; la ultra derecha radical, grupos extremistas que muy poco dan la cara pero que existen, aquí están.
Generar un “buscapiés” con la única intención de crear un ambiente de confrontación y caos que solo los beneficie indirectamente –en virtud de sus pocas posibilidades reales- es irresponsable. El magnicidio de Colosio fue una lección aprendida en un muy mal sentido. Xóchitl Gálvez debería estar consciente de los grupos que la impulsan y poner orden, pero naturalmente que eso no se le da, es una figura solo decorativa. Los grupos que integran el Frente Amplio opositor son tan turbios que pueden tener encubierta cualquier alternativa por arriesgada que sea.
Ocho de cada diez mexicanos aprueba la administración de López Obrador, los niveles de simpatías electorales de los partidos que integran la alianza opositora; PRI, PAN y PRD son los más negativos de su historia, la potencial candidata Xóchitl no representa absolutamente ningún riesgo para la sucesión de 2024, el tema que ellos quieren imponer a la opinión pública solo se mantiene en los medios tradicionales que sobreviven.
