• Kushner, ingenuo con poder
• Redes gordillistas se desactivan
• Cárdenas, independiente en Puebla
Han pillado a Luis Videgaray Caso en algo equiparable a actos de corrupción de menores (en cuanto a edad política). De acuerdo con lo publicado por The Washington Post, el secretario de relaciones exteriores de México intrigó, junto a funcionarios de China, Israel y Emiratos Árabes Unidos, para buscar la manera de manipular al primer yerno de la Casa Blanca, Jared Kushner, nepóticamente designado asesor de su suegro, Donald Trump.
Con 37 años cumplidos en enero reciente, Kushner habría estado (conforme a lo publicado por el diario estadunidense) en el centro de una serie de maquinaciones que buscarían aprovecharse de su inexperiencia en asuntos políticos y diplomáticos de primer nivel y de su acceso privilegiado a la Oficina Oval de Washington. Como en película de mafiosos, los funcionarios confabulados, no estadunidenses, también pretendieron valerse de los “complejos arreglos financieros y las dificultades financieras” del mencionado yerno, que parecía un comisionado plenipotenciario para “arreglar” con Videgaray los asuntos mexicanos.
La “ingenuidad” de Kushner le ha impedido tener acceso a información de “alto secreto” en la administración estadunidense, quedando solamente con la llave de casilleros inferiores. A funcionarios del Departamento de Estado siempre les preocupó que el mexicano Videgaray se saltara protocolos y jerarquías, al convertirse en visitante asiduo a la oficina de Kushner, con quien llegaba a acuerdos que luego eran sometidos directamente a la consideración de Trump, siempre al borde de la ocurrencia, el disparate o la irritación.
La estrecha relación Videgaray-Kushner permitió procesar con menos estridencia algunos exabruptos de Trump y acomodar, a veces de manera vergonzosa, al ocupante actual de Los Pinos a las circunstancias derivadas del talante irracional, explosivo y humillante del rubio empresario extrañamente llegado al máximo poder imperial de la época. Asido a la suerte del yerno, Videgaray fungió como virtual embajador permanente de México en la Casa Blanca y, de retorno, como una especie de embajador de esa casa en México.
La develación de los entretelones de esas relaciones escabrosas entre Videgaray y Kushner se suma a la cancelación de un encuentro Trump-Peña Nieto, que la parte mexicana deseaba realizar con una evidente lógica de aprovechamiento electoral a favor del PRI y del candidato tecnopriista, José Antonio Meade. Aun cuando el curso de los conflictos y el arribo a soluciones dependen, en el impredecible estilo Trump, de una serie de factores borrascosos, ha de decirse que, tal como han sido planteados ambos acontecimientos (la cancelación o posposición de la reunión Trump-Peña, y las intenciones tutelares del mexicano respecto al yerno inexperto), podrían significar una disminución del grado de apoyo político esperado por Peña-Videgaray-Meade para imponer la continuidad priista este primero de julio. O, en una lógica revanchista, el mayor encarecimiento del costo a pagar por los priistas por ese respaldo del poder gringo.
Zaira Ochoa Valdivia es hija del profesor Rafael Ochoa Guzmán, la subsistente mano derecha de Elba Esther Gordillo para asuntos sindicales. Ella va como candidata de Morena a diputada por la vía plurinominal, en un lugar viable. Antes, ha tenido participación política en el Movimiento Ciudadano e incluso en el gobierno de Javier Duarte de Ochoa en Veracruz, como subsecretaria de fomento y gestión ambiental.
Pero esa solitaria posición para la hija de un relevante miembro del equipo central de Gordillo no atempera el desánimo entre la principal aportación que esta corriente política y sindical pretendía hacer a la causa presidencial de Andrés Manuel López Obrador, mediante las Redes Sociales Progresistas que, según sus organizadores, lograron conjuntar más de 300 mil ciudadanos, principalmente profesores, que buscaban ser “la segunda línea de defensa electoral” de la candidatura de AMLO, como representantes en casillas, acreditados por la vía del Partido del Trabajo.
Debido a reticencias por parte de la “nomenclatura” de Morena, y del recelo del poderoso Alfonso Romo hacia la vertiente empresarial de esas redes, a cargo de Rafael Espino, “ya no podrán activarse” de manera exitosa esas formas de participación en la defensa del voto para Morena, según lo que concluyen los operadores de esa alianza no oficial entre el gordillismo y el lopezobradorismo.
Como en otras entidades, en Puebla las opciones partidistas desalientan a un segmento ciudadano que esperaría mejores candidatos a la gubernatura. En ese panorama dominado por la panista Martha Erika Alonso, esposa del exgobernador Rafael Moreno Valle; por el experredista que fue testigo de honor de la firma del Pacto por México, Miguel Barbosa, ahora postulado por Morena, y por el priista Enrique Doger, se ha reinstalado la viabilidad de una candidatura ciudadana, la de Enrique Cárdenas Sánchez, exrector de la Universidad de las Américas y Premio Nacional de Economía.
Cárdenas Sánchez, quien originalmente había sido invitado para abanderar a Morena, obtuvo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación una resolución altamente favorable, luego que había impugnado las trabas puestas a las candidaturas independientes en Puebla. En una decisión que abre camino a posteriores impugnaciones similares, el TEPJF reconoció que “el plazo para la recolección de firmas, en combinación con el resto de los requisitos establecidos en la legislación electoral local, resulta inconstitucional, por restringir el derecho a ser votado en la modalidad de candidatura independiente”. Por ello, otorgó treinta días más a Cárdenas para la obtención de esos respaldos, y ordenó al órgano electoral poblano que reactive, a su costo, los mecanismos electrónicos correspondientes y rehabilite a los mil 200 voluntarios que tenía registrados el mencionado aspirante a candidato independiente. ¡Hasta mañana!