Ya en su departamento de Polanco, retomado el contacto directo con representantes de grupos en todo el país que le son leales, la profesora Elba Esther Gordillo Morales asume que, en términos jurídicos, su sucesor de facto en la presidencia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Juan Díaz de la Torre, fue designado a través de un “congreso nacional ilegítimo”, por lo cual, “con base en los estatutos actualmente vigentes, y en los anteriores”, ella es la presidenta legítima y legal del comité ejecutivo nacional del sindicato magisterial y solo a ella compete convocar y dar validez a un congreso como el que Díaz de la Torre pretende realizar del 12 al 14 del presente mes en Puerto Vallarta, Jalisco, presuntamente con la intención de reelegirse.
El treinta de enero del año en curso, bajo la firma del abogado Carlos de Buen Unna, el Bufete de Buen emitió una opinión profesional en diecinueve hojas, a petición de Venancio Morales Zúñiga, presidente del “Grupo de Análisis Jurídico y Dignidad Magisterial”. De manera detallada, el estudio señala las múltiples irregularidades cometidas a partir del 26 de febrero de 2013, cuando fue detenida la profesora Gordillo, consistentes en retorcimientos estatutarios, interpretaciones sin sustento, actos jurídicamente inválidos y una expedita predisposición de órganos del gobierno federal para dar el visto bueno a la virtual destitución de Gordillo y la imposición de Díaz de la Torre.
En esencia, la opinión del bufete jurídico advierte que la 36 sesión extraordinaria del consejo nacional del SNTE, a celebrarse en Guadalajara el 27 de febrero de 2013 en Guadalajara, Jalisco, no tenía facultades estatutarias para retirar a Gordillo de la presidencia del Consejo General Sindical para el Fortalecimiento de la Educación Pública (larga denominación del cargo concreto de dirigir al SNTE) y tampoco para “elegir” a Díaz de la Torre como sustituto.
Cabe recordar que la profesora Gordillo tenía cita la noche del 26 de febrero en la Ciudad de México para cenar con el secretario de gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong y, al otro día, el 27, desayunaría con el entonces secretario de hacienda, Luis Videgaray, en lo que se preveía como un esfuerzo por fijar posiciones, con la “reforma educativa” como eje de la discordancia. El 27 volaría a Guadalajara, para informar a la sesión extraordinaria del consejo general del SNTE sobre los acuerdos o desacuerdos alcanzados con los dos máximos funcionarios de la administración de Enrique Peña Nieto. Ninguna de esas dos citas se pudo cumplir, pues Gordillo fue aprehendida en el aeropuerto federal de Toluca, Estado de México, procedente de su casa en San Diego, California, por agentes de la Procuraduría General de la República.
La evolución de los acontecimientos fue vertiginosa en aquella última semana de febrero de 2013. La sesión extraordinaria de consejo nacional del SNTE fue convertida, contra las disposiciones estatutarias, en coartada para dar por sustituida a Gordillo (quien, a su vez, había desplazado en abril de 1989 a Carlos Jonguitud Barrios, por decisión del entonces presidente, Carlos Salinas de Gortari) y para habilitar a Juan Díaz de la Torre como presidente interino del comité sindical.
La corriente gordillista, en ese contexto, considera que Elba Esther es la presidenta legítima del comité nacional del SNTE (aunque ella no está dispuesta a intentar su reinstalación personal, pero sí a empujar a algún cuadro propio para buscar el liderazgo formal, con Rafael Ochoa Guzmán como carta aparente, o el hidalguense Moisés Jiménez); impugna todos los actos realizados por Díaz de la Torre (los tacha de carecer de legalidad y ser, por tanto, jurídicamente inexistentes); estima “nulo de pleno derecho” el congreso convocado por Díaz de la Torre y cualquier otro que no sea citado por Gordillo; promoverá amparos judiciales y otras fórmulas políticas y jurídicas de desacato; y exhortan a quienes asistirán al congreso convocado por Díaz de la Torre para que denuncien la ilegalidad del acto. También se asegura que la Presidencia de la República y las secretarías de Gobernación, del Trabajo y de Educación Pública dieron por válida una “elección ilegítima”.
El reagrupamiento del gordillismo y su nuevo lance sindical podrían motivar a su lideresa a emitir en los próximos días un pronunciamiento público referido estrictamente a las circunstancias del SNTE, sin tintes o guiños electorales o partidistas. Los gordillistas aceptan su condición de desventaja operativa y política, con el poder de Los Pinos y la estructura formal, a cargo de Díaz de la Torre, en su contra, pero ahora están aprendiendo a jugar desde la oposición, aunque con perspectivas electorales fundadas en la posibilidad de que Andrés Manuel López Obrador sea el próximo presidente de la República. Además del activismo sindical que mantienen en todo el país, con el congreso de Puerto Vallarta como destino incierto, han armado las Redes Sociales Progresistas, que auxiliarán o complementarán la estructura electoral de apoyo al tabasqueño.
Ricardo Anaya Cortés, (pre)candidato presidencial de PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, considera que desde el gobierno han filtrado información parcial en su contra. Sin embargo, no logra deshacerse de lo sustancial. Es decir, de los señalamientos de corrupción que se derivan de la difusión periodística de las maniobras financieras e inmobiliarias realizadas desde una fundación que él creó y que permitieron ganancias ventajosas y contrarias al discurso contra la corrupción que ahora practica el queretano musical.
Y, mientras estudiantes de preparatorias y de planteles del Colegio de Ciencias y Humanidades marchaban ayer hacia la rectoría de la UNAM en demanda de que se sepa la verdad de lo sucedido a Marco Antonio Sánchez Flores, y que no haya más represión hacia los jóvenes, ¡hasta el próximo lunes!