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DIEGO ELÍAS CEDILLO @diegoecedillo
Empezando la semana valdría la pena recordar a Giuseppe Tomasi di Lampedusa, autor de la inigualable obra escrita: El Gatopardo. El cambio social implica el trastocamiento de estructuras políticas vetustas, permitiendo el arribo de personas que nada tienen que ver con la clase política, que logran encaramarse en posiciones de poder, sin la mínima experiencia ni pedigrí” político”.
Ejemplo de lo anterior lo tenemos en el norte, allá por Lomas Taurinas; resulta que Luis Donaldo Colosio Jr. Hace días, decidió visitar el lugar donde su padre fue asesinado, refiriendo: “o remamos todos parejos para el mismo lado o estaremos condenados a hundirnos por igual”; tal frase tenía destinatario con domicilio en San Pedro Garza, por aquello que gracias a Samuelito García, Movimiento Ciudadano está al borde de la hecatombe. Fuentes cercanas a Dante Delgado, afines al Movimiento Naranja, refirieron a este columnista: “viste las otras opciones, ni a quién irle”. “Donaldito” Colosio, debería estar consciente del peso histórico de su padre y no agachar la cabeza ante carpetovetónico machistas como García Sepúlveda.
Éctor Jaime Ramírez, diputado panista, debería ojear al itálico escritor; antes de vociferar vaciedades con respecto a la vacuna del Covid-19 argumentando la insuficiencia del antídoto; habría que recordarle cuando fuese coordinador de bancada de los “panistas” en 2006 y como su jefe Calderón, alias “Comandante Borolas”, centralizó su lucha contra el narco generando más de 104 mil muertos y un gasto no menor a un billón de pesos, con resultados más que desdichados.
POST-IT. En el evento del festejo por el año La Independencia, quedó claro que el canciller Marcelo Ebrard se llevó la estrellita de la clase, por aquello que fungió de traductor ante el embajador de la India, Manpreet Vohra
en la conferencia del domingo, y por si fuera poco no se le despegó a Martin Luther King III, en el evento. ¿Será que va calentando motores para el 2024? Por otro lado, hubo algunos nuevos descubrimientos, en los cuales cualquiera se daría cuenta. El primero, fue que Javier May, titular de Bienestar, no goza de la simpatía de ningún integrante del gabinete, pues se le vio solo y ni quien lo pelara.
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