Por: Ana María Vázquez
GRUPO CANTÓN
Desde el arranque del mandato del presidente López Obrador, fuimos testigos de una nueva forma de gobernar, más cercana al pueblo y hasta de la mano de éste, conocimos a un presidente cercano, tanto que eliminó al Estado Mayor Presidencial y cruzó más de una vez, solo, en medio de las multitudes, “el pueblo me cuida” ha dicho siempre.
Las mañaneras han sido otro de los cambios, con buen humor, bromas y el grito de “ánimo” cotidiano, es el streamer más visto en Hispanoamérica y, como me consta, responde sin ambages a la prensa que pregunta sin ningún tipo de línea o a modo por parte del ejecutivo. Ha sido también una tribuna donde su voz se escucha sin modificaciones (aunque muchos se han atrevido a sacar de contexto o hasta “traducir” sus palabras).
Nuevas formas de gobernar, poquísimos viajes al exterior e innumerables recorridos por la república; este sexenio ha sido el de las grandes obras que no veíamos en años, aunque no ha estado libre de tragedias, como la pandemia, la explosión en Tlahuelilpan y ahora con Otis. Con todo, ha sabido poner orden en un gobierno que encontró caótico, acostumbrado a la rapiña política y sobre todo económica, con una prensa acostumbrada a recibir el dinero a carretadas, con industriales habituados a no pagar impuestos y un poder judicial ciego de opulencia.
Esta vez vivimos algo inédito, también por petición presidencial (dada cuando era presidente de Morena), las encuestas. Pasada la selección de aspirantes presidenciales en la que la doctora Sheinbaum resultó ganadora, tocó la selección de encuestas en 8 estados y la CDMX y en una maratónica sesión se dieron a conocer a los aspirantes a contender por la bandera morenista. Nunca habíamos tenido eso, y desde las presidenciales, el proceso de Morena hizo que la oposición diera un giro (o más bien malabares) para no quedarse atrás ante la participación ciudadana. No más en lo oscurito. El proceso en CDMX fue el más reñido, resultando ganadora Clara Brugada a la que la prensa corporativa le regatea la victoria. Todos, son procesos inéditos para un pueblo que se había acostumbrado a “más de lo mismo” y que hoy, exige, discute, reclama su derecho y sobre todo, participa.
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