La alienación parental se ha convertido en un reto jurídico y social. Aunque no está tipificada como delito en México, sus efectos en la niñez y en los juicios de familia exigen soluciones urgentes.
Violencia a los hijos
La alienación parental es una de las formas más sutiles y devastadoras de violencia psicológica en los tribunales de familia. Se presenta cuando un progenitor manipula al hijo para rechazar al otro, fabricando recuerdos o imponiendo discursos. El menor pierde no solo un vínculo paterno o materno, sino también estabilidad emocional y confianza en su propia identidad.
El debate jurídico
En México, la discusión ha sido intensa.
Aunque se planteó tipificar la alienación parental como delito, especialistas advirtieron que esta vía podía usarse de forma abusiva en procesos de custodia, permitiendo a padres violentos deslegitimar denuncias reales de maltrato.
El dilema muestra la necesidad de un abordaje equilibrado: el interés superior de la niñez debe prevalecer sobre la estrategia litigiosa de los adultos.
El mayor desafío radica en que la alienación parental se mueve en un terreno ambiguo.
No basta con alegarla: es indispensable contar con peritajes psicológicos confiables, realizados por profesionales imparciales.
La falta de protocolos claros incrementa el riesgo de decisiones judiciales injustas, ya sea ignorando la violencia real o sancionando a un progenitor sin pruebas sólidas.
Reformas necesarias
El camino no está en el derecho penal, sino en reforzar la justicia familiar.
Se requieren protocolos nacionales que guíen a jueces y peritos, sanciones civiles proporcionales para quien manipule a los hijos y la obligatoriedad de la mediación especializada antes de judicializar disputas.
Además, es urgente capacitar a abogados, psicólogos y operadores judiciales para diferenciar entre violencia intrafamiliar y manipulación.
Solo con estas reformas podrá garantizarse que el principio del interés superior de la niñez se traduzca en acciones concretas, protegiendo a los menores de convertirse en víctimas de una guerra que nunca eligieron.