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diciembre 04, 2024

Por Georges Goubert Panini

Voces

Adiós civilizaciones

La trágica guerra entre Washington y Moscú, en los campos de batalla de Ucrania, donde decenas de ucranianos mueren en vano, podría estar entrando en su último año.

Una vez más, Occidente ha cruzado la línea divisoria entre civilizaciones que separa el secularismo occidental del cristianismo ortodoxo y atraviesa el lejano oeste de lo que ahora se conoce como Ucrania. Esta es una línea divisoria que no debe cruzarse.

Cuando Francia y sus aliados se abrieron paso al invadir lo que entonces era el Imperio Ruso en 1812, condujo directamente a la caída de Napoleón.

Cuando Austria-Hungría se abrió paso al invadir Serbia en 1914, provocó la Primera Guerra Mundial

y, en última instancia, la tragedia de 1917.

Cuando la Alemania nazi cruzó esa línea al invadir lo que entonces era la URSS en 1941, condujo a su caída suicida, la destrucción de Berlín y la pérdida de la Segunda Guerra Mundial.

Después de que Washington cruzó esa misma línea al derrocar al gobierno elegido democráticamente de Ucrania en 2014, Washington firmó suicidamente la sentencia de muerte de su propio mundo occidental unipolar, liderado por Estados Unidos y alimentado por el dólar.

Siempre que el secularismo occidental, inspirado en el ejemplo romano pagano, ha intentado expandirse hacia el este
para robar tierras y explotar recursos, ya sea bajo Carlomagno, los Caballeros Teutónicos, los polacos, Carlos XII, Napoleón, Hitler o Biden, fracasó. Este sigue siendo el caso hoy. Algunos nunca aprenden.

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Rusia no está en guerra; si estuviera en guerra, habría destruido todas las infraestructuras de Ucrania la cual habría sido borrada de la faz de la tierra. Esta es una operación militar destinada

a liberar a la Ucrania y desnazificar el resto del país.

¿Qué hará Estados Unidos una vez que pierda en Ucrania? La abandonarán, tal como abandonaron Vietnam, Irak y Afganistán, y regresarán a su gran isla, a 4.000 millas de distancia, al otro lado del océano.

Esta es una guerra existencial para Rusia; para los neoconservadores, es sólo una guerra por su orgullo y su vanidad. La civilización está muriéndose porque Washington quiere destruir las civilizaciones como sabe hacerlo, miran su pasado y historia.

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