CANCÚN, Quintana Roo.-Cuando concluyen la licenciatura o ingeniería, la mayoría de los egresados tiene como primer objetivo colocarse en el campo laboral; sin embargo, se enfrentan a una realidad que no esperaban, las empresas exigen que los aspirantes cuenten con experiencia como uno de los requisitos para poder ingresar a sus filas.
De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), al cierre del 2016, en México 48 de cada 100 jóvenes con bachillerato o licenciatura estaban desempleados, por factores que van desde la falta de experiencia o una deficiente preparación.
Durante la formación profesional, el único contacto que tuvieron los estudiantes con el sector productivo fue cuando realizaron su servicio social y prácticas profesionales, tema que no es suficiente para acreditar la experiencia requerida, aunque cabe señalar que existen casos donde los jóvenes son contratados en las organizaciones donde realizaron estas actividades.
Enfrentarse a esa dura realidad no es nada fácil para los jóvenes, quienes durante cuatro o cinco años dedicaron tiempo y esfuerzo para obtener un título profesional, las vivencias e inquietudes son muchas y no se explican por qué la empresa les exige experiencia, si no les dan la oportunidad de trabajar.
Otra desilusión que viven los recién egresados es cuando los contratan y escuchan el bajo sueldo que percibirán. Más del 80 por ciento de los jóvenes inician desde abajo y escuchan una y otra vez, que “tener un título no es garantía de prosperidad”, ya que al ingresar a una fuente laboral donde los aceptan sin tener experiencia, reciben el salario mínimo, trabajan doble, hacen la “talacha”, y como ellos dicen, los “negrean”, sobre todo en el sector turístico y de servicios.
Con cierta resignación, algunos jóvenes platicaron que cuando no tienen más opción que aceptar un trabajo que no cumple con sus expectativas, se trazan como meta sobresalir y sacrificarse un poco, con lo que buscan ser tomados en cuenta para subir de nivel y obtener un mejor ingreso, pero otros se dan por vencidos.
En el sector servicios, existe mucha movilidad de personal, con contratos de 28 o 90 días, además los trabajos dependen de la temporada alta. También hay que tener en cuenta que carreras como turismo, gastronomía, contaduría, administración de empresas e ingeniaría en sistemas computacionales, se han ido saturando y hoy en día muchos profesionales en estas áreas no están ejerciendo lo que estudiaron, se dedican a otras labores, en algunos casos más redituables, incluso trabajan en la informalidad.
En tanto a los egresados que tienen estabilidad económica y apoyo de su familia, no les pesa esperar el tiempo que sea necesario para colocarse en un buen empleo, o deciden tomar un año sabático, es decir, se alejan de las preocupaciones y descansan, por supuesto, es mínimo el número de los que tienen esas facilidades.
Los jóvenes que recién egresaron en este ciclo escolar de instituciones como la Universidad del Caribe, Universidad Tecnológica de Cancún, Instituto Tecnológico de Cancún y de las Universidades Privadas, tienen claro que deberán enfrentarse a una realidad que no esperaban, pero coincidieron en que están preparados para seguir adelante y tocar las puertas que sean necesarias; también están los que piensan que emprender es única llave para ser autosuficientes y evitar depender de patrones. (Angélica Pool/Quintana Roo Hoy)