La asistencia de Carlos Joaquín al multitudinario ágape con el que el ex gobernador Joaquín Hendricks celebró este fin de semana su cumpleaños número 65 en Chetumal, revolvió y alborotó el hormiguero.
Al acudir al festejo y avalar el calculado mensaje de fuerza política que planeó Hendricks emitir con su convocatoria, el gobernador no sólo elevó la dosis de tensión entre los grupos que detentan y los que disputan –el festejado entre ellos– el control del PRI estatal, sino que echó leña a la aún humeante versión de la traición al partido por parte del cumpleañero.
Carlos Joaquín justificó su llegada a un evento eminentemente priista con un refrán: “Lo cortés no quita lo valiente”. Y aseguró que lo único que hacía era devolverle la “cortesía” a Hendricks por haber asistido éste –también lo hicieron otros ex gobernadores– a su toma de protesta.
Acompañado de sus secretarios de Gobierno y Finanzas, Francisco López Mena y Juan Vergara, que matizaron todavía más de azul la celebración tricolor en el salón “El Trébol”, Carlos Joaquín dijo no ver nada de malo en estos encuentros pues, dijo, la unidad debe prevalecer entre los quintanarroenses”.
De igual modo, descartó que este reencuentro con viejos y más actuales amigos del PRI, al que perteneció muchos años antes de abandonarlo para lanzarse por la alianza del PAN-PRD en pos de la gubernatura, vaya a minar su promesa de castigo a sus antecesores en la administración estatal.
Por su parte, Joaquín Hendricks, quien ya no tiene más título que el de militante y consejero nacional, pues apenas el mes pasado entregó la Secretaría Técnica del Consejo Político Nacional, le tendió la cama a Joaquín y le puso el partido completo a su entera disposición, sin reparar –o quizá sí lo hizo– en que ahí se encontraban también el presidente y la secretaria general, Raymundo King y Alondra Herrera.
Agradeciendo con su visita, le aseguró al gobernador que “lo pasado deberá quedar en el pasado. Los colores aquí ya salen sobrando y lo esencial es trabajar unidos. Ya que se avecinan tiempos difíciles para todo el país, el PRI se sumará a usted y a su plan de trabajo”.
Y agregó que “los aquí presentes vamos a hacer causa común para que si hay alguna inconformidad, irregularidad o agravio hacia los quintanarroenses, se reparen junto con el gobernador del estado”.
Demasiada autoridad, creemos, para quien según los grupos contarios al interior del PRI quintanarroense, ya había sido desahuciado por traidor. Hendricks, sin duda alguna, todavía se mueve.