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noviembre 27, 2024

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Venegas, Morrison, Laferte

Tres voces femeninas rompieron el esquema de voluntarismo centrado en las virtudes en abstracto, pretendidamente acrítico, que Ocesa y Televisa, además de otros medios de difusión, montaron este domingo en la Plaza de la Constitución de la Ciudad de México (el Zócalo, en el habla general), bajo la inatacable denominación propositiva de “Estamos Unidos Mexicanos”.

El festival de música, y su transmisión televisiva en vivo, habrían pasado por uno más de esos espectáculos de oportunidad que se han estado promoviendo para enaltecer la plausible solidaridad de los mexicanos ante desgracias naturales como los recientes sismos. Todo habría quedado en una especie de Siempre en Domingo (aquellos programas de vacuidad farandulera, que conducía desde una planicie intelectual una de las estrellas históricas de Televisa, Raúl Velasco), con el desfile de músicos y cantantes que con vehemencia genérica fomentaban la unidad nacional, el enlace de manos, el heroísmo civil y la capacidad nacional para remontar las desgracias, sin reparar en las minucias postergables de las causas de las crisis, la corrupción generalizada de políticos y gobernantes y, en especial, de los encargados de autorizar obras públicas, ni las dudas respecto al destino y buen uso de los fondos privados y los públicos destinados a las ayudas correspondientes.

El espectáculo hubiera continuado conforme a los libretos esperados, de no haberse producido tres chispas discursivas que encendieron al público presente, deseoso, por lo visto, de disfrutar con libertad y entusiasmo del cartel artístico pero, al mismo tiempo, plenamente conscientes de la necesidad de no ceder la fuerza de la irrupción social postsísmica a las clásicas maniobras envolventes de la telecracia.
Julieta Venegas, Carla Morrison y Mon Laferte (chilena, radicada en México desde diez años atrás) recordaron que los gobernantes han estado ausentes de la gran hazaña colectiva y que su conducta no ha estado a la altura de sus gobernados. La bajacaliforniana Morrison (Carla Patricia Morrison Flores, Tecate, julio de 1986) fue la más directa: “… el México que se levantó, contra esos escombros, es el México que es el real, no el pinchi gobierno que no nos representa”. Julieta Venegas Percevault (Long Beach, California, noviembre de 1970), por su parte, pidió volcar la unidad “en fijarnos en los gobernantes que tenemos, en cómo se desaparecen en los momentos de crisis, en todo lo mal que lo pasamos y cómo necesitamos también elegir a gente que sea digna del país que tenemos, digna de la fuerza que tenemos y que hemos demostrado; así que Viva México, a reconstruirnos y a votar por gente decente, por favor”. Norma Monserrat Bustamante Laferte (Viña del Mar, Chile, mayo de 1983), demandó: “Señores gobernantes, deberían sentirse orgullosos, deberían ser dignos y estar a la altura del pueblo y la gente que tienen… Señores gobernantes, hagan lo mismo, sean dignos de su gente”.
A la prolongada presentación musical asistieron unas 170 mil personas. Dos grupos y un solista, de previsible carga crítica, prefirieron no participar, señalando diversos motivos como la causa de sus ausencias: Café Tacuba, Molotov y Residente. El segmento mayoritario de los grupos y cantantes participantes confirmaron, con sus participaciones neutras, las reservas expresadas por quienes suponían que ese concierto multitudinario pretendió “normalizar” la crisis, apropiarse de la energía social y fortalecer el discurso oficial que promueve la “unidad nacional” sin críticas.

Pero tres voces femeninas establecieron un contraste ampliamente secundado por los reunidos en el Zócalo y, a querer o no, en televisión abierta, enlazadas varias frecuencias de televisión y radio, se dejó una insólita constancia de la inconformidad y el enojo de muchos mexicanos ante las acciones y omisiones de sus políticos y gobernantes. Así fuera sólo por eso, por lo dicho por tres mujeres y por la reacción entusiasta del público, mayoritariamente joven, el concierto tuvo una significación política y social, contraria a los objetivos de los organizadores, que no debe ser menospreciada.

Astillas: Los gobiernos están ofreciendo a los damnificados, a fin de cuentas, créditos inmobiliarios falsamente benévolos, con tasas de interés y en términos financieros que buscan la colocación del dinero de los bancos en esas operaciones a largo plazo, atando a los “beneficiados” a décadas de altos pagos… A los infortunios recientes se suma el nerviosismo en el mercado cambiario, a causa de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Entre otras derivaciones negativas de las imposiciones del equipo designado por Donald Trump, el peso llegó ayer a su peor nivel en cuatro meses: hasta 19.03 por dólar, en ventas bancarias… El equipo calderonista trata de avanzar a marchas forzadas: de inmediato consiguió presuntas encuestas de opinión en las que Margarita Zavala ya aparece como puntera rumbo a la elección presidencial de 2018. El objetivo inmediato es “posicionarla” como competidora de primer nivel… El presidente de Acción Nacional, Ricardo Anaya, deberá decidir con rapidez si sobrelleva el empuje adverso del grupo de senadores, diputados federales, gobernadores y exgobernadores que desean hacerle la guerra interna, para luego cumplir con la amenaza cantada de pasarse al flanco de Margarita Zavala o, desde ahora, activa los mecanismos de expulsión… Un video de presuntos estudiantes, que en días anteriores fue compartido aquí, les pareció a algunos lectores muy cargado en contra de la jefa delegacional en Tlalpan, Claudia Sheinbaum, como si hubiese sido diseñado para lanzar una campaña en su contra. Más allá de esas supuestas intenciones electorales, lo cierto es que el Tec de Monterrey, campus Ciudad de México, sigue gozando de un trato excepcional, sin castigo ni información de constructores de las estructuras que se derrumbaron y causaron cinco muertes… ¡Hasta mañana!

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